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R. Escriche – La tecnología de motor rotativo de Mazda se ha empleado en unos 2 millones de vehículos desde 1967, y entre ellos se encuentra un ganador de las 24 Horas de Le Mans. La victoria del Mazda 787B en 1991 se mantiene como la única de un coche japonés en la carrera de resistencia más importante del mundo y la primera y última de un prototipo con motor rotativo, puesto que después de ella la FIA prohibió explícitamente los motores Wankel por su ventaja en cuanto a peso.
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El Mazda 787B nunca tuvo el ritmo de vuelta de sus rivales europeos o japoneses, pero suplió la falta de velocidad con mucha fiabilidad y un consumo de carburante extremadamente eficiente. En las 24 Horas de Le Mans de 1991, los tres 787 inscritos se quedaron 12º, 17º y 24º en los entrenamientos, muy lejos de los grandes favoritos de la temporada, los prototipos de Mercedes-Benz y Jaguar.
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Para la carrera, el responsable de Mazdaspeed, Takayoshi Ohashi, decidió dejar a un lado su tradicional conservadurismo y encargó a Weidler, Herbert y Gachot que pilotaran su Mazda 787B #55 como si se tratara de una carrera corta al sprint, sin contemplaciones. Fue esa la unidad que iba a
sacrificarse en base a la fiabilidad demostrada por los tres prototipos en los entrenamientos de Paul Ricard y su capacidad para ahorrar combustible, lo que no exigía ningún tipo de pilotaje especial.
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Siguiendo a rajatabla las órdenes de equipo, el prototipo #55 se colocó tercero en los primeros compases de la carrera. Por la noche, un trompo del Mercedes-Benz C11 de Michael Schumacher, Fritz Kreutzpointner y Karl Wendlinger y sus posteriores problemas de cambio dejaron al Mazda segundo. A seis horas del final, era evidente que el Mercedes-Benz C11 que rodaba líder estaba bajando el ritmo para ahorrar combustible, y en Mazda se dieron cuenta de que tenían opciones reales a la victoria.
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En la 22ª hora de carrera el Mazda ascendió finalmente a la primera posición gracias a una parada no programada del Mercedes-Benz C11 pilotado por Alain Ferte. En el último pit-stop, el británico Johnny Herbert le dijo a Ohashi que quería quedarse en el coche y dobló su
stint hasta cruzar la meta en primera posición después de 369 vueltas a La Sarthe. El precio que tuvo que pagar por el sobreesfuerzo fue una deshidratación galopante que lo llevó directamente a la enfermería después de cruzar la meta y lo dejó sin ceremonia en el podio.
Al final de la temporada, la FIA prohibió los motores Wankel por su teórica ventaja en cuanto a peso, pero también como forma de favorecer a los propulsores de 3.5 litros que se empleaban por entonces en la Fórmula 1. En 1992 Mazda volvió a Le Mans con el MXR-01, un prototipo con motor Judd basado en el Jaguar XJR-14, aunque sin mucho éxito.