Prueba Citroën Berlingo HDi 110 Combi SX Multispace: para lo que quieras

Prueba realizada por: GAP

La oferta de vehículos comerciales de Citroën es una de las más completas del mercado. Comienza con los 3,86 m de longitud del Nemo y llega hasta los 4,80 m del Jumper, con dos opciones intermedias, Berlingo y Jumpy. El Citroën Berlingo es, de todos ellos, la opción más versátil en cuanto a posibilidades de utilización. Cuenta con numerosas variantes, entre tamaños, motores y acabados, el espacio para los pasajeros de un monovolumen, la capacidad de carga de un vehículo comercial, y puede competir en comportamiento con muchos SUV del mercado.

Estas características, que comparte punto por punto con su «primo» el Peugeot Partner, son las que permitieron a Citroën fabricar más de 1,8 millones de unidades del Berlingo de la primera generación, lanzada en 1996 y que se mantiene en producción con el apelativo First. Ahora, con el nuevo Berlingo, Citroën ha querido darle un enfoque más familiar a las versiones Combi para hacer frente a una competencia encabezada por el Renault Kangooy el Fiat Dobló, además del propio Partner.

Así pues, el protagonista de esta prueba es, gracias a sus 4,13 m de longitud, 25 cm más largo que su antecesor, y cuenta con 200 litros más de capacidad con los asientos plegados. Pero aparte de estas dimensiones, que dejan bien claro que este automóvil está inicialmente concebido para sufrir un trato duro y profesional, las versiones Combi añaden el confort, equipamiento y prestaciones propias de un monovolumen.

La unidad de pruebas estaba equipada con el más potente de los posibles propulsores para el nuevo Berlingo, un 1.6 litros HDi 110 FAP con turbocompresor de geometría variable, common-rail y filtro de partículas. Entrega una potencia de 110 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 260 Nm a 1.750 rpm. Los datos oficiales de la marca nos dan una nada desdeñable velocidad máxima de 173 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 12,5 segundos.

En todo momento, el propulsor nos ofrece una respuesta al acelerador muy respetable, aunque vayamos cargados. El motor está asociado a un cambio manual de cinco velocidades de tacto firme y empuja con un cierto brío desde abajo, especialmente en las cuatro primeras velocidades, mientras que una quinta muy larga y menos aprovechable se reserva para trayectos por vías rápidas.
Uno de los elementos destacables de este propulsor es que en el Berlingo alcanza unos niveles de consumo inferiores a la versión 1.6 HDi de 92 CV en todas las mediciones, según datos de la marca. El consumo mixto es de 5,6 l/100 km. En desplazamientos más largos por vías amplias, la quinta velocidad contribuye a que los consumos no se disparen en excesoa pesar del volumen considerable de la carrocería.

Este coche no oculta que es una versión derivada de un vehículo comercial, y una vez dentro muchos detalles hacen que esas sensaciones se mantengan. Sin embargo, Citroën se ha tomado muy en serio el comportamiento general del Berlingo, como demuestra el hecho de que monta los trenes rodantes del C4 Picasso, lo que supone una garantía de confort y seguridad que se percibe en cuanto se avanzan los primeros metros con él.

En ciudad, el nuevo Berlingo ofrece una correcta maniobrabilidad y agilidad a pesar de su considerable tamaño, pero es en circulación por carretera donde mejor se aprecian los esfuerzos de la marca por conseguir una buena calidad de rodadura y comodidad. No se detectan movimientos extraños de la carrocería y el tren trasero se mantiene firme en el paso por curva. Además, y es un aspecto muy a tener en cuenta, su altura libre al suelo, junto con los neumáticos y el cambio otorgan al Citroën Berlingo mayores aptitudes fuera del asfalto que muchos de los SUV de tracción delantera que circulan actualmente por las carreteras.
También se ha realizado un importante esfuerzo para reducir la típica rumorosidad en este tipo de vehículos a alta velocidad. Aunque el ruido es persistente a partir de 100 km/h, las formas aerodinámicas de la parte frontal del vehículo permiten circular cómodamente. Citroen

El equipamiento del nuevo Citroën Berlingo es muy completo en un vehículo de estas características, aunque buena parte se encuentra incluido en packs de opciones a precios asequibles. La unidad probada montaba climatizador bizona, control de estabilidad ESP desconectable, espejos retrovisores plegables eléctricamente, regulador y limitador de velocidad, ayuda al estacionamiento trasero, elevalunas eléctricos delanteros secuenciales y ordenador de a bordo. El nivel de equipamiento se puede completar también con los paragolpes delanteros y traseros del mismo color que la carrocería.

El espacio interior es obviamente la principal virtud del Citroën Berlingo. El maletero tiene una notable capacidad inicial de 675 litros, con una boca de carga muy baja que facilita las operaciones de colocación de objetos pesados. El sistema de plegado de los asientos traseros (1/3) es rápido y sencillo, y el espacio del maletero es completamente plano.

Se dispone de 1,5 metros de anchura de carga por las puertas traseras, 1,34 metros de longitud libres con los asientos traseros abatidos y 3 metros con el asiento del pasajero abatido. El volumen aprovechable puede alcanzar los 2.650 litros con la banqueta trasera abatida, y si esta se extrae, puede llegar a los 3.000 litros.

Los acabados son buenos en todo el habitáculo, con materiales de tacto consistente en el salpicadero, que contribuyen a incrementar la notable sensación de robustez en el interior. La posición de conducción recuerda que se está conduciendo una versión derivada de un vehículo comercial, con la palanca del cambio integrada en el salpicadero y la posición elevada del asiento, aunque el tacto de los mandos y la información que recibe el conductor se acerca más al de una berlina. Por su parte, los asientos presentan un mullido muy blando.

Aunque el nuevo Berlingo incorpora un espacio portaobjetos muy útil encima del parabrisas, la versatilidad interior podría haber llegado al sobresaliente con la colocación de otros espacios portaobjetos más utilizables, de diferentes tamaños y formas para acomodar objetos más reducidos y evitar golpes.

El Citroën Berlingo Combi SX Multispace es una opción recomendable para aquellos que, además de aprovechar las ventajas de un habitáculo cómodo, equipado y con espacio más que suficiente para cinco ocupantes, tengan que recurrir a menudo a un volumen de carga totalmente aprovechable. Un poco menos de versatilidad interior a cambio de una mayor practicidad.

La versión de acceso a la gama Berlingo Combi es el acabado X con el motor 1.6i de 90 CV, con un precio de salida de 12.050 €. El tope de gama, por detrás del acabado XTR -de estética inspirada en los SUV- es el Combi SX Multispace 1.6 HDi 110 FAP, con un nivel de equipamiento propio de una berlina y un precio final de 17.050 €.

Además, la gama de packs opcionales es bastante amplia y a precios muy razonables. El pack 1 SX ofrece radio CD MP3 con mandos en el volante, regulador y limitador voluntario de velocidad y ordenador de a bordo por 450 €. Por su parte, el climatizador bizona cuesta 630 €.