Desde que la marca británica pasara junto con Jaguar de las manos americanas de Ford a las indias de Tata, no fueron pocos los que dudaron del nuevo rumbo que podría tomar su futuro.
A la vista de los cambios anunciados con motivo del Salón de Nueva York, las dudas formarán parte del pasado en breve. Para empezar, por la llegada del nuevo motor sobrealimentado LR-V8, diseñado por el equipo de Land Rover y Jaguar pensando específicamente en el Range. Este V8 de 5 litros de capacidad ofrece nada más y nada menos que 510 CV de potencia y 625 Nm de par motor, frente a los 396 CV y 560 Nm que entregaba el anterior 4.2 Supercharged. Con esto se pone a la altura de sus grandes rivales, nunca mejor dicho, como el Porsche Cayenne S o el BMW X5. La versión diésel sigue estando propulsada por el TDV8 de 272 CV y 3.6 litros.
Las unidades 2010 se distinguen exteriormente por unos faros delanteros y pilotos traseros con tecnología LED, así como una parrilla y paragolpes modernizados. En el interior han tratado de superar el nivel de acabado con numerosos pequeños detalles como las pieles de mejor calidad, inserciones cromadas más vistosas que se alternan con las de madera natural.
En cuanto a la seguridad, se han optimizado los sistemas electrónicos de control dinámico de la conducción, como el Terrain Response de Land Rover o el control de estabilidad, que se apoyan asimismo en un sistema de frenos más potente. Además, cuenta con el regulador de velocidad adaptativo, asistente de estabilidad con remolque, etc.