©Toyota
.- Desde la aparición de la primera generación del Toyota Prius, allá por el año 1997, uno de los mayores logros de Toyota ha sido conseguir que el gran público asocie con naturalidad a este modelo la tecnología de propulsión híbrida entre un motor de combustión y otro eléctrico.
El fabricante nipón ha registrado esta combinación como «Hydrid Synergy Drive», un sistema híbrido que trabaja en serie-paralelo y que con el nuevo Prius alcanza un nuevo peldaño en su evolución. Para empezar, casi todo el motor híbrido es nuevo, más ligero y compacto. Es, sin embargo, más potente y a la vez más ahorrador y menos contaminante.
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El
nuevo motor de gasolina es un 1.8 VVT-i de ciclo Atkinson que alcanza los 136 CV de potencia. En ciclo combinado, su consumo es de 3,8 l/100 km, mientras que las emisiones de CO2 se quedan en 89 g/km, en ambos casos con las llantas de 15″. Estas cifras son posibles gracias a la interacción con el propulsor eléctrico, un generador, una batería de alto voltaje, una unidad de control de la energía eléctrica y una transmisión capaz de combinar y distribuir la potencia de los motores y el generador.
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Pese a este alarde tecnológico,
Toyota se ha empeñado en ubicar este coche dentro del segmento D, en el cual tiene rivales que van desde los europeos Peugeot 407, Citroën C5, Renault Laguna, Opel Insignia, Seat Exeo o Volkswagen Passat, hasta paisanos como el Mazda 6, Honda Accord o el propio Toyota Avensis. Y ello, sin olvidar el Honda Civic IMA, el coche que por concepto más puntos en común tiene con el Prius.
Frente a todos ellos, además de contar con un diseño característico y especialmente aerodinámico, ofrece un amplio espacio interior y una gran visibilidad.
El equipamiento también se ha cuidado en esta generación del híbrido más popular. Cuenta con un sistema de ventilación alimentado por energía solar, Head Up Display, un visor que proyecta en el parabrisas información básica del coche, así como el sistema de seguridad precolisión o el control de crucero adaptativo.
