A falta de los precios definitivos, los 2.000 euros que llega a costar el Tata Nano en India hacen que tenga ganada de antemano la batalla del precio respecto a otros «low-cost» como el Dacia Sandero y otros mini coches como el Toyota iQ o incluso el pionero Smart.
De todas formas, que nadie se haga ilusiones. Aquí la factura subirá un pico más, teniendo en cuenta los cambios añadidos: suspensión más dura, que en Tata llaman deportiva, llantas de 15″, mayor batalla (2,28 m) y longitud (3,29 m), motor tricilíndrico de aluminio con inyección multipunto, caja manual robotizada de 5 marchas, dirección asistida eléctrica, airbag, ABS y ESP… Por si esto fuera poco, están previstas una versión híbrida y otra eléctrica. Tiembla, Prius.