En el caso de las versiones i30 Blue, éstas pueden elegirse con motor 1.4 o 1.6 de gasolina, y en ambos casos integran el sistema ISG de arranque y parada automáticos. Gracias a ello reduce en un 7% el consumo y las emisiones en el ciclo combinado, una diferencia que puede ascender hasta el 15% en tráfico urbano.
La novedad en Frankfurt consistía en la incorporación de este sistema en la variante propulsada por la mecánica diésel 1.6 CRDi, especialmente demandada en el mercado europeo y que se comercializa con dos niveles de potencia: 90 y 115 CV. Con el sistema start/stop el primero emite 113 g/km de CO2 y consume 4,3 l/100 km de gasoil (2 gr/km y 0,1 l/100 km menos que la versión de serie), mientras que el más potente reduce hasta los 117 g/km la emisión de CO2 (2 gr/km menos que el original).
Otra de las alternativas ecológicas presentes en el stand de Hyundai era el i10 Electric, prototipo que la marca engloba dentro de la misma filosofía Blue Drive. De hecho, en 2010 iniciará la producción de una serie limitada de unidades de este modelo de cero emisiones.
Conectado a la red eléctrica doméstica de 220 V, la recarga completa de su batería de polímeros e iones de litio (LiPoly) es de 5 horas, que le permiten a este vehículo de carácter urbano una autonomía de 160 km. Con una tensión de 413 V, en 15 minutos se puede contar con el 85 % de la capacidad del acumulador.
También la batería juega su papel en este objetivo, ya que su composición la hace un 30% y un 40% más compacta que una de níquel-hidruro, y a pesar de ello es un 12% más eficaz. Además, es capaz de mantener un tiempo 20 veces superior su carga y es más resistente a los cambios de temperatura, entre otras ventajas.