El Nissan LEAF está impulsado por baterías laminadas compactas de iones de litio. El motor eléctrico genera una potencia de 80 kW y un par de 280 Nm. Con esta energía Nissan asegura que el vehículo podrá desplazarse a una velocidad más que suficiente en el día a día. También declara que se trata de un coche divertido, aunque esto es algo que está por ver.
A diferencia de los coches tradicionales, el LEAF carece de tubo de escape, ya que no desprende CO2 a la atmósfera de manera directa. Gracias a la eficacia de sus baterías de ión litio y al sistema de recarga de energía en frenadas, el coche es capaz de alcanzar una autonomía de 160 km sin necesidad de recarga. En mi opinión, la gran virtud que presenta este automóvil se encuentra en la capacidad de carga rápida que tiene, ya que enchufándolo a un conector trifásico durante 10 minutos es capaz de recorrer 50 km. Para recargarlo del todo, son necesarias ocho horas en una red eléctrica convencional.
Del diseño poco vamos a comentar, tiene unas formas tan peculiares que es difícil catalogarlo de ninguna manera. Sólo diremos que está pensado para lograr la mayor eficiencia aerodinámica posible, como es lógico en un coche que está pensado para reducir al mínimo sus consumos. La gran mayoría de los materiales empleados en la confección de la carrocería y del interior provienen de la reutilización de otros productos.
El valor del coche, como ya hemos dicho antes, es desconocido, pero Nissan confía en las ayudas gubernamentales para que sus precios sean realmente competitivos.
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