Presentado en el pasado Salón del Automóvil de Frankfurt, el nuevo compacto deja a un lado el propulsor en V estrecha de sus antecesores y confía en el 2.0 TSI para convertirse en el Golf de serie más potente jamás producido gracias a la interacción de la inyección electrónica y la sobrealimentación sobre el conocido bloque tetracilíndrico de 1.984 cc.
En resumen, 270 CV a 6.000 rpm y un par motor máximo de 350 Nm entre 2.500 rpm y 5.000 rpm. Estas cifras permiten declarar, asimismo, unas prestaciones de primer nivel, con una velocidad máxima de 250 km/h y una aceleración 0-100 km/h de 5,7 segundos con el cambio manual y de 5,5 para el DSG.
Para transmitir toda la potencia al suelo, sin embargo, se ha mantenido el sistema de tracción total 4Motion, que cuenta en esta ocasión con la última evolución del diferencial de control electrónico Haldex.
Pese al nivel de prestaciones que ofrece esta versión tan especial, los consumos se han mantenido en unos valores relativamente contenidos, con una cifra media homologada de 8,5 l/100 km en el caso de la transmisión manual que desciende 0,1 l/100 km en el DSG. La emisión de CO2 es de 199 g/km y 195 g/km respectivamente.