Entre el centro técnico de Ford en Merkenich (cerca de Colonia, Alemania) y los ensayos realizados al límite en el circuito de pruebas de Lommel (Bélgica), se ha buscado incrementar la estabilidad y agilidad del modelo, y lograr asimismo lo que ellos llaman una sensación de conducción «adictiva».
Para ello la marca ha definido un ADN de dinámica de vehículos, que se expresa en una serie de especificaciones técnicas para que cada característica pudiera ser medida y sometida a pruebas.
Por ejemplo, se analizan más de 20 parámetros relacionados con los esfuerzos y respuestas que siente el conductor ante una serie de situaciones, desde la adherencia en curvas rápidas hasta las maniobras de aparcamiento.
Desde que este departamento fuera puesto en marcha en 1994, se ha encargado del desarrollo de más de 20 vehículos, incluyendo, además de los diferentes Focus, el pequeño Ford Fiesta.