Otro de los dispositivos que contribuyen a mejorar la actitud dinámica del RS5 es el diferencial deportivo de control electrónico para el eje trasero, que distribuye el par de forma variable entre las ruedas posteriores. Ahora bien, para aquellos que quieran tomar verdadera conciencia de cómo afecta esto a la eficacia del nuevo modelo extremo de la firma de los cuatro aros, la marca ha configurado el ESP para que se pueda desconectar por completo.
Como no sólo de tracción vive el automóvil, el Audi RS5 ha sido dotado con una suspensión acorde con lo que sugiere su estampa. La suspensión rebajada 20 mm respecto al A5 habla de unos muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras adaptadas los 450 CV de su motor 4.2 FSI.Montados sobre ese esquema hay unos neumáticos 265/35 montados sobre llantas exclusivas de 19″ y cinco brazos, en los que, además, se pueden montar cadenas. ¿Que no es suficiente? No hay problema, porque en opción Audi ofrece unos 275/30 R 20.
Como las llantas dejan tanto espacio para ventilar los frenos, éstos también se han vestido especialmente para la ocasión. Las pinzas negras de aluminio con el logo RS estampado se enfrentan en el eje delantero a unos discos ventilados de 365 mm de diámetro, un tanto modestos si se comparan con los ligeros, resistentes y longevos discos carbo-cerámicos de 380 mm que se ofrecen en opción.La estudiada aerodinámica muestra detalles como el fondo carenado y con entradas para refrigerar la caja de cambios y los frenos, paragolpes específicos y, como gadget más llamativo, un alerón que se extiende cuando se superan los 120 km/h, para plegarse de nuevo al bajar de 80 km/h.