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Si algo caracteriza al Elise, al igual que al resto de modelos que produce Lotus, es la ligereza de su chasis, alrededor del cual se montan un conjunto de componentes que le permiten presumir de unas prestaciones excepcionales, y ello sin necesidad de recurrir a enormes (y pesados) propulsores de alta cilindrada y potencia.
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La mejor prueba de ello es la incorporación, junto con el reciente restyling de la carrocería, del motor 1.6 Valvematic de origen Toyota. Los 136 CV de potencia de este propulsor son suficientes para lanzar los 876 kg del biplaza británico a los 100 km/h desde parado en apenas 6,7 segundos.
El resto de motores, también procedentes del constructor nipón, se mantienen invariados, con lo que el bloque 1.8 entrega 192 CV en el Lotus Elise R, mientras que la intervención de un compresor permite que la potencia ascienda a los 220 CV en el Elise SC.
Según la marca, las mejoras aerodinámicas aplicadas al nuevo Elise son responsables del descenso de un 4% de los consumos.
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