Una de las manifestaciones de dicho talante será la amplia oferta de personalización, ya que partiendo de un único acabado, el cliente podrá seleccionar entre 6 tipos de tapizado, parrilla cromada, pinzas de freno pintadas en negro o llantas de aleación de 18″ o de 19″ en varios colores. Tras el lanzamiento, y antes de que acabe el año, Peugeot irá ofreciendo el techo de carbono brillante o satinado en vez del transparente de serie, los arcos de aluminio en color cromado o arena, tres tipos de decoración de carrocería y el Pack Sport, de serie en la versión más potente, que incluirá el volante de diámetro reducido, la palanca de cambios corta y el Sound System en los motores de gasolina, un dispositivo que varía el sonido del escape en función del régimen del motor.
Habrá tres motores disponibles inicialmente con el nuevo coupé de Peugeot. El propulsor 1.6 THP 156 abrirá la oferta, con su conocida combinación de turbo Twin-Scroll e inyección directa de gasolina. Acoplado de serie estará un cambio manual de 6 velocidades, con el cual se ha homologado un consumo medio de 6,7 l/100 km y unas emisiones de 155 g/km. Como opción se podrá solicitar una caja automática de nuevo cuño, también de 6 marchas, desarrollada por el especialista japonés Aisin AW y que permite un manejo deportivo gracias al mando secuencial. Denominada AT6, ha sido concebida para contener al máximo el consumo (7,3 l/100 km) y las emisiones de CO2 (168 g/km). Para lograrlo se ha optimizado el convertidor de par y se han reducido las fricciones internas de muchos de sus componentes.
El RCZ estrenará en Peugeot la variante de 200 CV del 1.6 THP. Previsto a partir del verano de 2010, esta mecánica se distingue del resto de la familia THP por combinar la tecnología VTi de control variable de la admisión mediante la gestión del alzado y el tiempo de apertura de las válvulas, con la sobrealimentación y la inyección directa. Su específica configuración le permite entregar la potencia máxima entre las 5.500 y las 6.800 rpm, que en prestaciones se traduce en una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos. El consumo mixto, por el contrario, se limitan a 6,9 l/100 km, mientras que las emisiones de CO2 son de 159 g/km. Habrá también un diésel, el 2.0 HDi FAP de 163 CV, unido a un cambio manual de 6 velocidades. Lanzado en 2009, este propulsor dispone de una cámara de combustión de nueva generación de tipo ECCS (Extreme Conventional Combustion System), un turbocompresor de geometría variable de baja inercia y de un sistema common-rail con una bomba de alta presión capaz de superar los 2.000 bares e inyectores de selenoide de ocho orificios. El consumo declarado es de 5,3 l/100 km con unas emisiones de 139 g/km. La plataforma 2 del Grupo PSA, que además del 308 también utilizan el 3008 o el 5008, ha sido equipada con un eje delantero tipo Pseudo McPherson con barra estabilizadora desacoplada, mientras que para el tren posterior se ha conformado una traviesa deformable con dos brazos y barra estabilizadora integrada. Tanto delante como detrás se han configurado las suspensiones de forma específica a las especiales características del RCZ, que en el caso del 1.6 THP 200 se ha complementado con pivotes de mayor diámetro, procedentes del Peugeot 407, y con una barra de refuerzo inferior.El centro de gravedad rebajado en 40 mm respecto a un 308 berlina garantiza por sí mismo un mayor dinamismo, que se ve incluso mejorado con unas vías más anchas, 44 mm delante y 63 mm detrás.
El equipo de frenos está compuesto por discos ventilados delanteros de 302 mm de diámetro, aunque para el propulsor más potente se reservan unos discos específicos de 340 mm, los mismos que se montan en el 2.0 HDi con la opción de llantas de 19″. Para el eje trasero, se han elegido por primera vez en esta plataforma unos discos de 290 mm.
Pero si para detener el Peugeot RCZ se le ha dotado de un equipo en condiciones, para tener bajo control sus prestaciones cuenta con un ESP que incluye de serie el control dinámico de estabilidad (CDS) y control de tracción inteligente con ayuda al arranque en cuesta. El ESP, y eso sí es noticia en Peugeot, es completamente desconectable.