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La sección de tráfico de la policía inglesa ha incorporado un modelo de lujo a su flota de automóviles para controlar el tráfico en las autopistas de las Midlans, la región del centro de Inglaterra.
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Las necesidades de los agentes de tráfico, que en numerosas ocasiones requieren de un automóvil capaz de proporcionar altas prestaciones, han sido muy tenidas en cuenta para elegir el Jaguar XF. Por ese motivo las versiones adquiridas montan el nuevo motor 3.0 diésel V6 con doble turbo que entrega 275 CV.
Lógicamente, incorporan también todo el equipamiento propio de un coche de policía, como las luces en el techo y un sistema de comunicaciones, entre otros.
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Está claro que el acabado de los interiores mantendrán los estándares habituales de la marca británica, de manera que los agentes podrán sentirse especialmente mimados mientras hacen su trabajo.
Lo dicho, la policía no es tonta, ni siquiera en el Reino Unido.