La creciente necesidad de desarrollar modelos propios llevó a la creación del Centro Técnico de Martorell, en 1975. Allí nació el primer modelo original de la firma, el 133, que partía de la plataforma del 850, e incluso se creó un motor propio, el 1.010 cc de 52 CV que se montó en el 127 Especial. Sin embargo, el modelo más llamativo fue el 1200/1430 Sport, que no sólo destacaba por las prestaciones de sus motores, especialmente el de 77 CV, sino por el frontal que pronto hizo que se ganara el apelativo de «Bocanegra».
Otra prueba de la buena situación de la marca en aquella época es que comienza a dar señales importantes de vida en competición, lugar donde se promociona el sello de SEAT gracias a competiciones monomarca como la Fórmula 1430. Los monoplazas que competían en ella equipaban el motor de doble árbol de levas de la conocida berlina.Los rallies fueron, sin embargo, los que permitieron dar una mayor proyección internacional a SEAT. A los títulos nacionales de marcas obtenidos, sumó varios resultados destacados en el campeonato europeo de la especialidad, con dos segundas posiciones, así como el tercer y cuarto puestos obtenidos en el Rally de Montecarlo de 1977 por Antonio Zanini y Salvador Cañellas, cada uno a bordo de sendos 1430-1800 oficiales.
Ahora bien, SEAT no fue ajena a los cambios sucedidos durante el principio de la transición, con la llegada de la liberalización de las importaciones y una política industrial del gobierno que favoreció la entrada de inversión extranjera. Las pérdidas de más de 10.300 millones de pesetas obligaron a realizar profundos cambios, entre los cuales se encontraba la paulatina separación de Fiat.
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