Para los que piensen que nos encontramos ante la típica apuesta ideada a la salida de un pub y a horas intempestivas, hay que decir que buena parte del éxito del proyecto consiste en superar los 130,0236 km/h que Bob Cleveland alcanzó en 2006 ni más ni menos que en los famosos Boneville Salt Flats, en Estados Unidos. Es decir, nada de bromas.
Además de conseguir el récord del mundo de velocidad para un cortacésped, el Proyecto Runningblade, que cuenta con el apoyo de Toyota, intentará conseguir fondos para dos hospitales. Los más incrédulos pueden empezar a frotarse los ojos antes de ver el vídeo…