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R. Escriche – La entrada de BMW en el DTM a partir de 2012 va a generar más cambios de los previstos inicialmente, y algunos no sólo afectarán al propio DTM. El Deutsche Tourenwagen Masters intenta abiertamente establecer un marco de cooperación con otras competiciones internacionales con el objetivo principal de garantizar su supervivencia, pero también para demostrar que hay vida más allá de la FIA.
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Los primeros contactos oficiales se han llevado a cabo con el Campeonato Japonés de GT y con las GrandAm americanas, que habían expresado su interés en colaborar con el DTM. El objetivo es que ambas competiciones y el DTM adopten un marco regulatorio común que permita dar salida a las especificaciones utilizadas en el DTM, que por otra parte sigue su estrategia de expansión internacional y
anunció recientemente una carrera urbana en Shangai.
El director de BMW Motorsport, Mario Theissen, se ha reunido por primera vez en Norisring con los organizadores del DTM y la federación alemana de automovilismo DMSB para comunicar oficialmente la entrada de la firma muniquesa a partir de 2012 y esbozar el futuro marco regulatorio del campeonato.
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Como ya comentamos el pasado abril, una de las condiciones históricas que BMW había puesto sobre la mesa para entrar en el DTM era que los coches empleados en esta competición pudieran compatibilizarse con otras carreras internacionales. Esto no sólo supondría abrir un periodo totalmente nuevo en la historia del campeonato, sino que también buscaría asegurar un futuro al margen de la FIA, un dinosaurio demasiado acostumbrado a devorar cualquier competición que se atreva a hacerle sombra a la Fórmula 1.