Baja España-Aragón 2010: Peterhansel impone sus galones

Gabriel Esono.- Que Stéphane Peterhansel es uno de los mejores pilotos de raids del momento es algo que no admite demasiada discusión. Nani Roma lo sabe y, por eso, cuando se acercaba el momento de inscribirse para la Baja Aragón 2010, si quería plantarle cara sólo tenía dos opciones: o esperaba que los responsables de X-Raid valoraran su aportación durante este último año, o se buscaba la vida.

Ante la parsimonia del equipo alemán, la elegida fue la segunda, aunque tampoco tuvo que escarbar demasiado. El preparador JMB Stradale Off Road, que tras el Dakar 2009 había comprado la empresa MMSP (la que se encargaba de desarrollar los Mitsubishi para raids), le entregó gustoso uno de sus Racing Lancer, sobre todo gracias a que la gente de Repsol tiene un especial aprecio a Nani Roma, y recibieron encantados la llamada del piloto catalán para patrocinarle en esta carrera.

Sólo así se explica que en un tiempo récord el piloto catalán pasara de tener que recorrer los Monegros a pie, a contar con la única montura capaz de disputar la victoria al BMW X3 CC con motor diésel. Lo de Volkswagen, de momento, es otra liga.

El de Folgueroles recuperaba así de una tacada la alegría y la competitividad, a pesar de que en el vano motor del todoterreno japonés no había seis cilindros, ni se les esperaban.

Los elevados costes de desarrollo y mantenimiento del motor diésel original llevaron al preparador francés a elegir un propulsor de gasolina 2.0 turbo. El petardeo de la montura de Nani no dejaba ninguna duda de su carácter sobrealimentado.

Por otra parte, a su lado iba a sentarse Pascal Maimon, experimentado copiloto de 50 años que hace dos temporadas se hizo popular por haber sido atropellado por Carlos Sainz, durante el Rally Centroeuropeo disputado en 2008, mientras cambiaba una rueda de su Mitsubishi.

La compañía, pues, era grata, pero si Roma quería revalidar el título obtenido la pasada edición necesitaría algo más que buen ánimo, ya que estando Peterhansel en la lista de salida cualquier error se paga caro.

Nada hacía presagiar, sin embargo, que el fallo vendría de la forma más absurda. La prólogo disputada el viernes fue, como era de esperar, una cronometrada más de tanteo y de cara a la galería que otra cosa.

Roma hizo un buen tiempo sobre un coche que, nostalgias aparte, era completamente nuevo para él. El segundo y dos décimas que cedía frente al polaco Krzysztof Holowczyc, primero junto al belga Jean-Marc Fortin con un Nissan Navara, le colocaban en tercera posición, por detrás del X3 CC de Peterhansel y Jean-Paul Cottret.

Hasta aquí, todo normal. Pero llegó el momento de entrar a la asistencia y un malentendido hizo que Maimon indicara a Roma accediera 41 minutos antes de lo debido. Todos esos minutos de adelanto fueron los que le sumaron al tiempo realizado apenas unas horas antes. Con semejante penalización, las opciones de hacer morder el polvo aragonés al piloto galo se esfumaban el día antes de empezar a competir en serio.

Visto desde el otro lado, Peterhansel veía abierto el camino para su segunda victoria en las secas pistas de los alrededores de Huesca y Zaragoza.

En cualquier caso, lejos de relajarse, desde el primer kilómetro de la primera especial del sábado imprimió un ritmo que asustaba. Recorrió los 132 km en unos clarificadores 1:31:41, a los que sólo Roma pudo responder, al quedarse a 1 minuto 40 segundos, aunque en el primer parcial ya le había concedido casi medio minuto.

En el segundo tramo cronometrado prácticamente se calcó el mismo dibujo: un Peterhansel intratable demostraba que no había venido de paseo y le sacaba otro minuto largo a Roma que, una vez fuera del coche, mostraba una cara de poquísimos amigos. La tensión que se debió vivir dentro de ese Lancer quedará para su libro de memorias y el epitafio de su copiloto.

Descartado Roma para luchar por la primera posición, salvo percance mayúsculo la chicha había que buscarla en la lucha por los otros dos peldaños del podio.

Los rusos Boris Gadasin y Vladimir Demyanenko acaban el día segundos con el Proto de G-Force, a 7:14 de los franceses, mientras que el otro BMW X3 CC de X-Raid, comandado por Leonid Novitskiy y Andreas Schulz, se mantenía a la expectativa.

Casi en exceso, se podría decir, porque tanto el Mitsubishi Racing Lancer de los holandeses del Van Loon Racing, Erik Wevers y Eric Verhoef, como el Nissan Navara de Holowczycpol le pisaban los talones a 35 segundos y 53 segundos respectivamente.

Entre los españoles se destacaba Luis Climent y Ricardo Ranero, que asumieron un ritmo constante y sin errores con su Toyota Pick-up Proto, a la postre suficiente como para mantenerse cerca de los pilotos de cabeza y esperar posibles incidentes.

El dominio de Peterhansel volvió a repetirse en la fría mañana del domingo. El segundo día se repetían los tramos del sábado y el galo constató que no estaba dispuesto a que ningún reglamento pusiera en duda quien era el más rápido. Fue 45 segundos más rápido y, aunque Roma se mostró también mucho más competitivo, no fue suficiente y su tiempo de 1:31:46 se quedaba a 50 segundos del dúo francés. Estaba claro que no había nada que hacer.

En el mundo terrenal, el resto de pilotos seguían con su particular rifirrafe, en el que el segundo BMW emulaba, aunque lejanamente, la velocidad de su jefe de filas. Novitskiy, que se había acostado quinto, se despertó antes que los demás y se colocó segundo nada más acabar el primer tramo del último día, para disgusto de Gadasin, claramente más lento que el sábado.

De poco le sirvió lograr un tiempazo en el cuarto y último tramo cronometrado, donde hizo el segundo mejor crono, puesto que se vio obligado a abandonar, lo que colocó al Nissan Navara del polaco Novitskiy en la tercera posición final.

Por su parte, la regularidad mostrada por el valenciano Luis Climent fue, a la postre, lo que le permitió auparse a la quinta plaza, de modo que se colocaba como el primer español, por delante de Nani Roma, que consiguió remontar de la última posición a la sexta sobre 29 coches que han logrado finalizar de los 65 inscritos.