Aunque el sello de Brabus se asocia a modelos de altísimas prestaciones, en realidad sus habilidades se extienden mucho más allá de la mera potenciación de mecánicas. Como en smart son conscientes de ello, delegaron en esta empresa la atención de la demanda proveniente de esos clientes que no se subirían en un smart ni en broma, a no ser que ese coche cumpliera una condición: que no hubiera ningún otro como el suyo.
Sin embargo, hoy como entonces sigue sorprendiendo la disposición de esta empresa para hacer realidad desde las series especiales que cada filial solicita, hasta los deseos más extravagantes de clientes de todo tipo y casi toda condición.
Sin ir más lejos, en sus instalaciones tuvimos ocasión de ver cómo preparaban una a una las unidades de una tirada limitada destinada al Reino Unido, con tapicería de piel de color rojo.
La respuesta a nuestro inevitable ¿por qué? era de una lógica aplastante: el propietario de esos coches no desea ser visto en un modelo popular, a no ser que ese vehículo muestre algún detalle que sintonice claramente con su «verdadero» automóvil, ese que no puede pasear cómodamente por las transitadas calles de Montecarlo.
De este modo, Brabus puede ofrecer un coche de auténtico carácter premium, ya que a la calidad que a todo producto de Daimler se le supone, le suma el valor añadido de la personalización hasta el límite de la imaginación del cliente.Además, este programa, que la marca denomina «tailor made», no se circunscribe al motor de 102 CV de la versión Brabus del fortwo, sino que cada uno puede elegir la motorización que prefiera y, a partir de ahí, ir incorporando extras que pueden alcanzar los 8.000 euros, a sumar a la factura de la variante elegida previamente, por supuesto.
El tiempo de espera, por otra parte, no excede de las cuatro semanas una vez ha llegado el coche de partida a los talleres del preparador. Teniendo en cuenta que la fábrica de smart se encuentra a escasos 100 metros de las instalaciones de Brabus, podrían llevar el coche empujándolo.