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Affalterbach (Alemania).- Después de su aterrizaje en el Mercedes-Benz CL, la firma alemana ha anunciado la llegada de
la nueva joya V8 biturbo desarrollada por AMG en su buque insignia, la Clase S.
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El nuevo motor de
5.5 litros V8 biturbo entrega 544 CV y 800 Nm de par motor acoplados a la irrenunciable transmisión AMG Speedshift de siete velocidades, siempre y cuando no se decida montar el
AMG Performance Package que aumenta la potencia hasta los 571 CV y unos masivos 900 Nm de par máximo.
La traducción en cifras de todo esto es una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos (4,4 segundos con la versión de 571 CV) y una velocidad máxima de 250 km/h, cuya limitación electrónica se relaja hasta los 300 km/h cuando se optar por montar el pack AMG Performance.
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Pero Mercedes-Benz no sólo presume de prestaciones, sino que anuncia una
reducción del consumo de carburante y de las emisiones de un 25% respecto al anterior V8 atmosférico, cuya cilindrada asciende hasta los 6.208 cc.
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Los 10,5 l/100 km en medición combinada se benefician de la
inyección directa de gasolina biturbo y, en ciclos urbanos, de un sistema start/stop que sólo entra en funcionamiento cuando se activa el modo Controlled Efficiency. El nuevo V8 también incorpora un sistema de recuperación de energía de frenado.
Entre el equipamiento específico para el Mercedes-Benz S 63 AMG se encuentra el ya mencionado AMG Performance Package, que incluye un incremento de la potencia máxima en 27 CV y del par máximo en 100 Nm, las llantas específicas AMG de 20 pulgadas recubiertas por gomas de 255/35 delante y 275/35 detrás, y el volante exclusivo AMG Performance.
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