Uno de los rasgos que permiten definir una prueba como “mítica” es la longevidad; 90 ediciones deberían bastar. Otro podría ser la espectacularidad en cualquiera de sus posibles variables; tratar de subir con el gas a fondo durante casi 20 km y 156 curvas por una pista de tierra, desde una cota de 2.862 metros sobre el nivel del mar a más de 4.300, merece ser retenido en la memoria. Y, por supuesto, la participación en su día de pilotos de relumbrón como Ari Vatanen han contribuido a mantener bien alto el caché de este evento.
Por ello puede decirse sin rubor que la subida a Pikes Peak cabe dentro del cesto de carreras que se han ganado el derecho a pervivir en el corazón de cualquier aficionado al automovilismo.
Esta 90ª edición del “ascenso a las nubes” contará con la participación de Lexus, que tratará de dar réplica con un IS F CCS-R, un concept car de carreras que se dio a conocer en el Salón de Tokio de 2010, al insultante dominio que han ejercido Nobuhiro Tajima y Suzuki desde 2006.
A pesar de que en el Viejo Continente la firma de lujo de Toyota trata de distinguirse por el perfil eficiente y exclusivo de sus modelos, su presencia en el mercado americano, para el que fue inicialmente creada, hace que no sea extraño ver alguno de sus modelos participando en competiciones de alto nivel.
En esta ocasión se ha optado por desarrollar la versión de serie de su berlina deportiva, el IS F, y adaptarla para su uso específico para la subida a la colina de Colorado Springs. Así, la combinación formada por el motor 2UR-GSE 5.0 V8 de 423 CV de potencia y 505 Nm de fuerza, y el cambio automático de 8 velocidades Sport Direct Shift se mantiene prácticamente inalterada.
Han preferido trabajar en el aligeramiento del conjunto, al que se ha dotado de una carrocería de fibra de carbono y lunas de policarbonato para reducir el peso en 314 kg y dejarlo en 1.400 kg. El monocasco reforzado con jaula antivuelco, los frenos de competición, las suspensiones modificadas y el sistema de escape de carreras son otros de los componentes necesarios para formar parte de esta prueba, en la que competirá de la mano del piloto californiano Ken Gushi en la categoría Exhibition, la misma que, ¿sabes quién? Pues ni más ni menos que Walter Röhrl y el brutal Audi Sport quattro S1, el Grupo B con el que ganó en 1987.