El Ener-G-Force está planteado como el coche patrulla ideal para controlar las autopistas en un mundo, el de 2025, en el que las carreteras y el tráfico estarán controlados electrónicamente.
La visión de Mercedes-Benz va aún más allá, ya que dibujan un panorama en el que la superpoblación y los cambios en el comportamiento humano obligarán a las fuerzas del orden a adaptarse a las nuevas circunstancias.
Realista o no, lo cierto es que la firma de la estrella lleva tiempo dándole vueltas a la renovación de su modelo más rudo y longevo, el Clase G, un todoterreno “de los de antes”. La apreciada robustez de sus líneas (y de su estructura) data nada menos que de 1979, y ha sido el punto de partida para dibujar la carrocería del Ener-G-Force, un concept car que la misma marca reconoce que es pura ciencia ficción.
Desarrollado en el Estudio de Diseño Avanzado que Mercedes-Benz tiene en Carlsbad, California, este prototipo de escala 1:1 toma del original el lenguaje de diseño, del que se reconocen las proporciones y ciertos elementos de la carrocería como la parrilla, pero en el que por ejemplo se ha reducido radicalmente la proporción de superficie acristalada.
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Mercedes etiqueta al Ener-G-Force como un SUV, a pesar de que las enormes llantas de 20 pulgadas alojan unos neumáticos claramente off-road, y lo ha dotado de un equipo propulsor eléctrico alimentado por pila de combustible, que únicamente emite agua. Los depósitos instalados en el techo permiten al “convertidor hydro-tech” transformar el agua reciclada almacenada en ellos en hidrógeno.
La energía generada es utilizada por cuatro motores eléctricos, uno en cada rueda, para mover a este todoterreno, que contaría con una autonomía de cerca de 800 km.
También se ha imaginado este vehículo con un escáner topográfico de 360 grados, que analiza el estado del terreno que rodea al Ener-G-Force para ajustar la suspensión y lograr de ese modo una tracción óptima en cualquier superficie, sea en carretera o campo.