El domingo 4 de marzo se celebró el Rally Barcelona-Sitges 2013, en el que como cada año en los albores de la primavera se reúnen auténticas piezas de coleccionista en perfecto estado de conservación, que no sólo brillan como si fueran recién estrenadas, sino que además sus propietarios se atreven a realizar con ellas la exigente ruta que separa la capital catalana de la popular localidad costera.
La Fragata de Sitges servía de nuevo de lugar de encuentro en la llegada de la caravana de coches de época, que en esta ocasión contó con una lista relativamente reducida de inscritos, apenas 52 (en años anteriores se superaron los 70 vehículos), pero que no ha restado un ápice de carisma a un acontecimiento que, tras 55 convocatorias, se revela como una cita ineludible para aficionados y curiosos.
El alcalde de la Ciudad Condal Xavier Trias, acompañado por Miquel Forns, su homólogo en la Blanca Subur, era el encargado de dar la salida del rally puntualmente a las a las 11 de la mañana desde la plaza Sant Jaume de Barcelona, tradicional punto de inicio de un recorrido en el que se dio cita numeroso público y que atraviesa las calles de la capital catalana, así como las de diversas poblaciones hasta llegar a la revirada carretera de las Costas del Garraf, auténtica prueba de fuego para las longevas mecánicas antes de llegar al puerto de Aiguadolç de Sitges, penúltima etapa de la prueba antes de finalizar bajo la iglesia de Santa María.
En esta edición se ha contado con vehículos producidos entre 1905 y 1928 procedentes de diversos puntos de la geografía española, así como de Francia e Italia, cuyos ocupantes, como manda la tradición, iban ataviados con ropa de época.