El Volkswagen XL1 ha dejado atrás el apelativo de ‘desafío técnico’ para convertirse, Salón de Ginebra mediante, en el coche de serie que menos consume de la actualidad: 0,9 l/100 km.
En realidad, la aspiración de construir un coche de serie que consuma alrededor de 1 l/100 km es una vieja aspiración en Wolfsburg. Este es el tercer vehículo que lo ha conseguido, aunque con la etiqueta de coche de producción realmente comercializable. Para conseguirlo, en Volkswagen han recurrido a tres viejos tópicos del mundo de las carreras: la ligereza (795 kg totales, 230 kg para la carrocería), la aerodinámica (Cw 0,189) y un centro de gravedad muy bajo (1,15 metros de altura). Con ello tiene más que suficiente para desplazarse a una velocidad constante de 100 km/h empleando solo 8,4 CV.
El resto es lo previsible, es decir, un híbrido enchufable compuesto por un diésel bicilíndrico TDI de 0,8 litros y 48 CV (derivado del conocido 1,6 TDI), un motor eléctrico de 27 CV (20 kW) unido a una batería de iones de litio y un cambio automático DSG de 7 velocidades. El conjunto permite alcanzar unas reducidas emisiones de CO2 de 21 gr/km con un consumo previsto de carburante de 0,9 l/100 km. Las prestaciones, aunque en un segundo término, no se han dejado totalmente de lado, puesto que el Volkswagen XL1 podrá acelerar de 0 a 100 km/ en 12,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 160 km/h.
El Volkswagen XL1 ha sido fabricado con materiales avanzados (y caros) como el monocasco de CFRP y aluminio, las ruedas de magnesio o los frenos de disco cerámicos, y ofrece dos plazas delanteras relativamente convencionales. Mide 3,88 metros de longitud (casi el tamaño de un Volkswagen Polo), pero con una altura 129 mm menor que un Porsche Boxster.