Tras la llegada del Rapid y de la tercera generación del Octavia que ya tuvimos ocasión de probar, es el turno de la renovación del buque insignia de la marca checa, que recibe un completo restyling, novedades de equipamiento y la última generación de motorizaciones del Grupo Volkswagen.
Los cambios estéticos se concentran en el frontal y la parte trasera, que adoptan el nuevo lenguaje de diseño de la marca, con un punto más emocional. La parrilla, el logo, los faros delanteros y antiniebla, los parachoques y el capó son nuevos. En el habitáculo se incorporan nuevos volantes de tres y cuatro radios y nuevos tapizados.
Las últimas motorizaciones del Grupo Volkswagen han permitido reducir el consumo global del modelo en un 19%, en buen parte gracias a la extensión de los sistemas de arranque y parada automáticos start-stop y de recuperación de energía cinética, de serie en todas las opciones diésel y en el nuevo 1.4 TSi de 125 CV.
El Skoda Superb GreenLine, la variante más eficiente, consume 4,2 l/100 km en ciclo combinado que se corresponde a unas emisiones de CO2 de 109 gr/km. El 2.0 TDI de 140 CV se asociará a una transmisión manual en combinación con la tracción 4×4, mientras que el 2.0 TDI de 170 CV se comercializará con el cambio automático DSG.
Aunque las cotas del vehículo no han sido modificadas y por lo tanto el espacio disponible en el habitáculo es el mismo, el nuevo Skoda Superb incorpora un asiento del acompañante que se puede desplazar eléctricamente desde la parte trasera. Se mantendrán los 595 litros de maetera para la variante berlina y los 633 para la opción Combi, con el sistema de apertura del portón Twin Door en el primer caso.