Una de las grandes novedades de este Dakar 2014 llega de la mano de Carlos Sainz y el Red Bull Buggy SMG Rally Team. Está claro que el piloto madrileño, que este año correrá por primera vez con el alemán Timo Gottschalk como copiloto, tiene inoculado el virus de la mítica prueba y está dispuesto a casi lo que sea con tal de participar en ella. Eso sí, para hacerlo, requería una máquina mínimamente competitiva para poder batirse con el resto de los coches del Dakar 2014, especialmente el Mini Countryman All4 Racing del equipo X-Raid.
Ello explica que en octubre, cansado de esperar unos entrenamientos para poner verdaderamente a punto el peculiar buggy de la estructura que montó Nasser Al-Attiyah el año pasado, el ganador del Dakar 2010 (y dos veces campeón del WRC) decidiera cambiar de aires y confiar en la experiencia de SMG, empresa comandada por Philipe Gache desde 1983 y que lleva desde el año 2003 compitiendo en el Dakar.
El preparador francés consiguió colocar tres de sus monturas entre los diez primeros clasificados. En esta edición, la reconocida exigencia de Carlos Sainz en la preparación de los coches, además de la importante inyección económica que supone el patrocinio de Red Bull, sin duda habrán contribuido a mejorar la competitividad de los buggies galos.
Equipado en 2013 con un sencillo pero robusto motor 6.2 V8 de origen Chevrolet, ahora la potencia de este tracción trasera pasa de 350 CV a 420 CV. El par motor, de 667 Nm, además de unos recorridos de suspensión de 450 mm, también deberían asegurar suficiente capacidad de tracción para mover con agilidad al Red Bull Buggy SMG.
El chasis tubular de aluminio, construido a mano, y la carrocería de fibra de carbono que cuenta con la baza de la ligereza -1.400 kg- para luchar por la cabeza de la prueba cuando lleguen las dunas.
El equipo no oculta que este año aspiran a ganar con el Red Bull Buggy SMG, aunque Lucas Cruz, el hombre con quien Carlos Sainz ganó el Dakar y ahora copiloto de Nasser Al-Attiyah, le pone ciertos reparos a este aparato: “Además de ser un coche bastante crítico para pilotar, el habitáculo es muy estrecho y la visibilidad es muy reducida, porque vas sentado muy abajo, por eso habrá que ver hasta qué punto se puede compensar su eficacia sobre la arena”.