Gaby Esono.- El Salón de Ginebra 2014 ha vuelto a demostrar por qué se trata de una de las citas del automóvil más importantes de cuantas se celebran a nivel mundial. Sin duda, la de mayor relevancia en lo que se refiere a cantidad y calidad de presentaciones. Y no contentos con eso, el día previo a abrir sus puertas es el escenario donde se da a conocer el ganador del Coche del Año en Europa, galardón que en esta ocasión se ha llevado el Peugeot 308.
Vista de los Alpes minutos antes de aterrizar
Para cuando empezaba a escribir estas líneas, sentado en el Airbus A319 de easyJet de camino a Ginebra el martes 4 por la mañana, la ronda de ruedas de prensa ya había comenzado. El Renault Twingo era el primero en hacer acto de presencia a las 8 de la mañana; tan pronto, que incluso me daba tiempo de enviar un tweet antes de despegar, una de las grandes ventajas de tener un smartphone siempre a mano.
Volkswagen Golf GTE, otra demostración del «porque yo lo valgo» de la marca alemana.
Todavía no lo había puesto en “modo avión” cuando, al localizar mi asiento, descubro que a mi lado se sentará Raimond Blancafort, uno de los pocos auténticos periodistas que quedan en el mundo del motor y veterano que ya ve, me comentaba durante el viaje, la jubilación a la vuelta de la esquina. Aunque por su forma de hablar también me quedaba claro que seguirá aportando su particular y profunda visión del automóvil –y de las carreras- bastante más allá del par de años que le quedan hasta cumplir los 65.
La conversación era grata pero yo tenía el iPad sobre las piernas y Raimond sueño, así que acordamos que yo me pondría a trabajar y él a meditar. Fue poco rato, porque Ginebra está de Barcelona poco más o menos como Madrid; además, la impresionante vista de los Alpes completamente nevados me brindó unos minutos de desconexión mental que mi cerebro agradeció, antes de concentrarme en la misión a la que me dirigía.
Audi ha renovado el TT
No en vano, cuando se trata de visitar un salón, resulta de vital importancia tener muy claro a lo que uno viene si quiere sacar provecho de la visita. Dependiendo del medio al que representes, lo mismo te toca hacer fotos, o bien recopilar dossieres de prensa o quizá entrevistar a personas relevantes de las marcas. O igual lo tienes que hacer todo, como es mi caso.
Lamborghini Huracán
Los 15 minutos andando que tienes desde el avión hasta la entrada al Salón de Ginebra 2014 son toda una ventaja de este evento respecto al resto. Sin ninguna duda. Ventaja que se traslada también a la visita en sí, ya que prácticamente todo el salón se concentra en dos grandes pabellones. Esto supone un límite para las marcas que en otras citas, como Frankfurt, gustan de hacer grandes demostraciones de poderío. Sin embargo, para quienes hacemos la cobertura informativa del evento, es un regalo.
Como en casa no encontraba la acreditación para el Salón de Ginebra 2014 que la organización me había enviado hace meses, tuve que pedir una copia al llegar. “Si estás dado de alta no habrá ningún problema”, me explicaba en inglés la chica que me atendió mientras buscaba mi nombre en la pantalla. Intercambio amable de sonrisas tras un “au revoir” y me voy con el nuevo papel para adentro.
Renault Twingo
Algún centenar que otro de cabezas abarrota siempre la enorme sala de prensa del Salón de Ginebra. Orientados de forma casi obsesiva hacia las pantallas de sus respectivos portátiles (por cierto, muchísimos de ellos son Mac), se concentran en una especie de habitación de Babel en la que se escucha menos francés del que cabría pensar. El inglés se reparte a partes casi iguales con el alemán y, quizá algo menos, el italiano. Japonés menos aún, pese a que luego te los encuentras curioseando por los rincones más inesperados de cualquier coche.
Abarth 695 biposto
Dejo la maleta y la chaqueta en la consigna para empezar la ruta, cámara al hombro, un salón más. Unas escaleras mecánicas me suben hasta el Halle 1 y allí entre la música y el alboroto de fondo te recibe nada más y nada menos que el stand de Pininfarina, con una de las últimas creaciones del diseñador italiano, el BMW Gran Lusso Coupé, una espectacular recreación de lo que podría ser el futuro gran coupé de la firma bávara, rival del Mercedes-Benz Clase S Coupé.
Citroën C4 Cactus
Me habría entretenido allí, pero no podía dejar de lado mi misión nada más empezar. Los objetivos, como decía antes, son tres: en primer lugar fotografiar el mayor número de novedades relevantes. No me preguntes por el criterio, pero es raro que me deje algo. De todas formas, de ser así hay agencias que se dedican precisamente a publicar fotos que los medios podemos utilizar para ilustrar los artículos, aunque prefiero hacer una foto rápida y ver los detalles que me sea posible por mí mismo.
Honda Civic Type R
El segundo objetivo es recopilar toda la información posible. En cada stand hay un mostrador con guapas y a menudo simpáticas azafatas cuya principal ocupación los dos primeros días es repartir los dossieres con la información oficial de la marca que me envían por correo electrónico en el mismo preciso momento en el que dan la rueda de prensa. Mi presentación es siempre exactamente la misma: “Do you have a press kit, please?”. Por lo general me entienden y me responden “Of course” mientras me entregan, en la mayoría de los casos una llave USB. Por suerte, ya casi ninguna edita uno de esos gruesos catálogos que tenías que ir cargando por todo el salón. Además, con un par o tres de salones tienes suficientes pens para hacer las copias de seguridad de tu ordenador sin necesidad de ninguna nube. Algunas marcas, sin embargo, se pasan de ahorro y te dan una tarjeta en la que aparece el link o el código QR para que te descargues la documentación, fotos y vídeos. Vamos, que te obligan a tener una buena conexión a mano si quieres trabajar.
Jeep Renegade
Si alguien hace las fotos del salón y la información se envía en el acto, ¿qué pintamos una montaña de periodistas allí en lugar de estar en la redacción escribiendo? Desde luego una primicia no. Si eres nuevo en esto y la pasión por el automóvil no se te ha pervertido aún, lo que ganas es la oportunidad de ver y tocar coches que rara vez te encontrarás por la calle. Si, por el contrario, conoces el percal, sabes que un salón es el uno de los contados momentos al año en el que tienes ocasión de ver a los responsables de las marcas, sobre todo si eres de “provincias”, que es algunos ubican a los que no estamos en Madrid.
Lexus RC F
Cuando hablo de responsables, me refiero fundamentalmente a los jefes de comunicación y de prensa. Son, grosso modo, los que te facilitan más o menos información y, sobre todo, dan o deniegan acceso al producto. Si quieres probar un coche o que te convoquen a las presentaciones de los modelos, tienes que demostrarles que no eres un mero aficionado que cuelga noticias en una web. Y eso no es siempre sencillo, pero la mayoría de las veces resulta gratificante ver un cierto reconocimiento del trabajo realizado.
Cada marca tiene un mensaje que trata de mandar al mercado, y eso no se limita a los anuncios de televisión. Quizá los periodistas estemos más inmunizados a lo que se nos trata de vender por los canales tradicionales, pero al final un stand lo van a visitar miles de personas potencialmente interesadas en comprar un coche.
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Por eso, se entiende que si Mercedes decide que el suelo de su stand ha de ser de parqué, será por algo. Renault, en cambio, prefiere desplegar una colección de unidades de su modelo de referencia sobre un montículo que abarca casi toda la superficie.
Otra cosa es ver cómo algunas marcas se hacen notar respecto a las demás. El mejor ejemplo con el que me encuentro salón tras salón es el de SEAT: ya se ha convertido en una tradición que, después de su rueda de prensa, repartan entre los que piden el dossier de prensa pequeños carritos rojos.
Lamborghini Huracán
Ellos ganan en notoriedad, porque vayas donde vayas ves la marca; y uno gana en salud, porque ya no tienes que cargar con los catálogos o lo que sea que vayas acumulando tras cada visitar cada mostrador.
Pagani Huayra
Luego están los puntos y momentos estratégicos. Uno de ellos, crucial donde los haya, es el de la comida. Depende de la confianza que tengas con cada marca, eliges un stand u otro para dar un bocado corto cuando llega la hora de comer. No te da tiempo de entretenerte demasiado, pero se agradece que SEAT siempre tenga lista una paella o que en Mercedes cuenten con un catering de libre acceso.
La comida, en cualquier caso, no es lo más importante, sino que las personas de contacto estén accesibles los dos días de prensa. Hay algunos que siempre los encuentras y otros, en cambio, ya puedes pasarte dos, tres o cuatro veces por su stand que no hay manera y, si la hay, a menudo están demasiado ocupados.
