Gaby Esono.- Un año más, y van 56, el Rally Internacional de Coches de Época Barcelona-Sitges convocó el pasado fin de semana a una cuidada selección de participantes para participar en un de los eventos de este tipo más reconocidos entre los que se celebran a nivel europeo.
En esta ocasión, además, además de coches, la prueba se abrió a la participación de motos, tal y como explicaba Toni Marin, presidente de Foment del Turisme de Sitges y principal impulsor del rally en los últimos años, «porque quería encontrar una forma de innovar sin que el presupuesto se disparara».
Y la fórmula ha funcionado, porque a los 62 vehículos de cuatro ruedas inscritos se añadieron en esta ocasión nada menos que 14 entusiastas motoristas. Habían de serlo a la fuerza, porque si bien el sábado durante la exposición de los vehículos participantes frente al centro comercial L’Illa Diagonal de Barcelona el día era simplemente nublado y con viento, el domingo en cambio la lluvia acompañó la caravana de coches y motos antiguos desde la salida en la Plaza Sant Jaume de la Ciudad Condal hasta la población de la comarca del Garraf.
Tras las advertencias de seguridad dadas por la organización (se pidió respetar la distancia de seguridad y extremar la prudencia con el asfalto mojado, especialmente a las motos) Xavier Tries y Miquel Font, alcaldes de Barcelona y Sitges respectivamente, dieron como es tradicional el banderazo de salida, puntuales a las 11 de la mañana.
A pesar de que el tiempo no acompañaba, numeroso público se congregó a lo largo del recorrido (el trazado pasaba de Barcelona a L´Hospitalet de Llobregat, Cornellà, Sant Boi, Viladecans, Gavà y Castelldefels), especialmente en la revirada carretera de las Costas del Garraf. Allí, pudieron comprobar el sorprendente rendimiento de todos los vehículos, algunos de los cuales abordaban las rampas y los virajes con una agilidad que uno no espera de coches con más de 70 años de historia.
Pasadas las dos de la tarde, tras una parada previa en el Port d’Aiguadolç de Sitges, los primeros participantes comenzaron a llegar a la Plaza de la Fragata, donde los vehículos llegaron y estuvieron expuestos al público sin más novedad que el mérito de haber conseguido, una vez más, completar el recorrido.