Kia Motors Iberia, filial que depende asimismo de la sede europea de Kia, ubicada en Frankfurt, Alemania, está de celebración. Se trata de una empresa muy joven si se compara con la arraigada tradición de las principales marcas presentes en nuestro mercado, y su juventud es extrapolable a la casa madre (perteneciente al mismo conglomerado empresarial e industrial de Hyundai) que hace ahora 40 años veía salir su primer vehículo de la planta de producción.
Poco queda ya de aquellos Kia Shuma, Rio o Sportage que conformaron los primeros catálogos de la marca surcoreana en 2004. A pesar de que su propuesta de bajo precio caló pronto en un mercado que batía récords de matriculaciones en cada ejercicio (en apenas un año superaron de largo las 41.000 unidades vendidas), el proyecto de Kia pasaba por posicionarse como una más dentro del amplio abanico de marcas europeas y japonesas. Y eso implicaba transformar la expresión «buena relación calidad/precio» de eufemismo a realidad palpable.
Hoy, el hecho de ser la única marca del mercado que ofrece de serie siete años de garantía en todos sus modelos confirmaría la confianza que Kia tiene en las bondades de su producto. «La gran variedad de empresas que forman parte del Grupo Hyundai nos permite controlar todos los procesos de desarrollo de nuestros vehículos», aseguraba Emilio Herrera, director general de Kia Motors Iberia, durante el acto de celebración del 10º aniversario celebrado el 9 de abril en Barcelona, e insistía: «Kia no compra tecnología. La desarrollamos nosotros». Es ahí donde hay que buscar la explicación al equilibrio entre precio, equipamientos y calidad percibida presente en la actual gama de Kia.
Pero no solo. Kia ofrece un modelo en cada uno de los segmentos mayor tirada, los que copan un ochenta por ciento de las ventas. Desde un polivalente como el Kia Rio a un SUV de siete plazas como es el Kia Sorento, cualquier coche, llamémosle convencional, de marca generalista que un usuario pueda tener en mente tiene una alternativa en la gama del constructor asiático, en la que destacan el cee’d y, sobre todo, el Sportage, su modelo talismán.
La importancia dada a la calidad ha ido acompañada, además, por unos diseños mucho más cuidados que los de sus primeros modelos. O, mejor dicho, más cercanos al gusto europeo. La influencia de Peter Schreyer (diseñador ex de Audi, responsable entre otros del primer Audi TT) se dejó ver ya desde la presentación del Kia Soul, el SUV del segmento B cuyas líneas no dejan indiferente; y a partir de ahí, el trazo de su lápiz se ha ido extendiendo al resto de la gama, bien con desarrollos completamente nuevos (Rio, cee’d de segunda generación, actual Carens y Sportage, Optima…) o con diversos restylings.
La de Kia es, en cualquier caso, una oferta extremadamente racional, con muy pocas concesiones a aspectos más emocionales, tan promocionados entre las marcas. Solo los 204 CV del motor 1.6 GDi del Kia pro’ceed GT apuntarían en esa dirección, y lo hacen con el reconocido objetivo de llamar la atención sobre el resto de la gama del compacto. El Kia Optima híbrido o la anunciada versión eléctrica de la segunda generación del Kia Soul también parecen ofrecer un punto frívolo, pero en realidad hay que entenderlos en clave de demostración de capacidad tecnológica, a la espera de que haya una demanda real que haga rentable su producción en masa.
Toda esta capacidad choca, en cualquier caso, con un déficit productivo que no deja de llamar la atención. «Vendemos todo lo que fabricamos», reconocía Herrera en su discurso, a la vez que lamentaba ver limitada su capacidad comercial por la estrategia global de la marca. «No estamos haciendo publicidad del Kia Optima porque su éxito de ventas en EEUU nos impediría atender la demanda que podría tener en Europa».
Después de haber renovado o reestilizado casi por completo su gama recientemente, para 2014 Kia solo tiene previsto lanzar la segunda generación del Soul, más otros dos modelos nuevos en 2015. A partir de ahí, llegarán otros 6 modelos nuevos hasta 2018, con los que aspiran a recuperar el nivel de ventas previo a la crisis.