Sólo marcas como Bugatti pueden presumir de anunciar el fin de la producción de un modelo. Después de 10 años soñando con ver pasar uno por la calle, el coche «de serie» más potente del mundo dejará de fabricarse.
Para conmemorarlo, la firma francesa (perteneciente al Grupo Volkswagen) muestra en el Salón de Ginebra 2015 el Bugatti Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse «La Finale». Su nombre no deja lugar a dudas de lo especial de este roadster, última variante de las 450 unidades fabricadas en esta década, todas ellas vendidas por un precio medio de 2,3 millones de euros, y que se expondrá junto con el primero de los Veyron producidos.
Una inmejorable ocasión para ver cómo ha evolucionado una de las máquinas más exquisitas e impresionantes que ha dado el mundo del automóvil en toda su historia. De los 1.001 CV con que empezó la primera versión, hoy su motor W16 de 7.993 cc entrega a las cuatro ruedas motrices nada menos que 1.200 CV a 6.400 rpm y 1.500 Nm de par entre 3.000 y 5.000 rpm, con lo que es capaz de lanzar sus 1.990 kg de peso a 410 km/h de velocidad punta homologada.