Prueba y opiniones por Gaby Esono
Hace años tuve una compañera en el trabajo que me aseguraba, con total rotundidad, que le encantaría el próximo Volkswagen Golf que saliera al mercado. Me decía esto allá por los primeros años de este siglo, cuando circulaba la quinta generación de este emblemático modelo.
Comentarios como éste, hechos por personas que, en principio, no tienen especial conocimiento del mundo del motor, demuestran por qué el Golf puede considerarse uno de los grandes iconos del automovilismo. Cierto es que debe una parte no menor de su fama al éxito de sus sucesivas versiones GTI, ejemplo de equilibrio entre deportividad y modales de coche familiar, pero lo que también resulta innegable es que una generación tras otra, y ya llevamos siete, las sucesivas gamas del compacto de la firma de Wolfsburg han sido siempre una referencia en términos de calidad en el sentido más amplio del término y han marcado a su amplísimo elenco de rivales el camino a seguir.
La carrocería familiar, denominada Variant, ha venido acompañando al Golf desde su tercera generación, y por norma se ha distinguido también por unas formas que denotaban su carácter eminentemente pragmático. Hasta ahora.
Y es que, en un mundo en el que las carrocerías tipo SUV se están ganando el corazón de muchos conductores, las propuestas familiares más tradicionales se ven obligadas a ofrecer un punto más de glamour que hasta ahora si quieren conservar su sitio en el mercado. Así lo han entendido en la casa alemana, de ahí que el actual Volkswagen Golf Variant sea, probablemente, el más atractivo de los producidos hasta ahora.
Ahora falta por ver si, además de atractivo, mantiene el resto de valores que se le suponen a un Golf y a un familiar.
El Volkswagen Golf Variant me ha sorprendido, y mucho, al conducirlo. Equipado con el versátil motor 2.0 TDI de 150 CV, este modelo muestra un comportamiento más dinámico de lo que recordaba en la anterior generación (lee aquí la prueba del Volkswagen Golf 1.2 TSI), que estable lo era un rato (siempre lo ha sido), pero un tanto aburguesado también. Y es que cuando uno se salía de las versiones más radicales de la gama (el Volkswagen Golf R es su máximo exponente) lo que se encontraba era el coche ideal para circular kilómetros y kilómetros sin acordarse de lo que pasa en el asfalto.
La actual generación del Golf, en cambio, aunque mantiene su talante confortable, transmite mucho más al conductor. La combinación de la ligera plataforma modular MQB del Grupo Volkswagen con un esquema de suspensiones McPherson delantero y multibrazo posterior surte un gran efecto, aunque en el caso del Variant, de hecho, la cosa tiene un poco de truco, porque debido a su mayor capacidad de carga respecto a sus hermanos de 3 y 5 puertas, la suspensión trasera es algo más rígida.
Por otra parte, el Volkswagen Golf Variant monta de serie el sistema de control de tracción XDS+, una función más evolucionada del control de estabilidad ESP que simula el funcionamiento de un diferencial autoblocante, lo que limita sensiblemente el subviraje cuando se acelera con decisión a la salida de una curva.
En cuanto al propulsor, su capacidad de respuesta en toda la gama de revoluciones está fuera de duda. Responde solícito a la presión del acelerador y, pese a que con esta mecánica no se buscan grandes prestaciones, sus maneras en cualquier tipo de recorrido, junto con el buen tacto del cambio y sus acertadas relaciones, permiten conjugar tanto una conducción tranquila abusando de las marchas largas como una más animada, buscando constantemente la línea roja del cuentavueltas (sin olvidar que estamos hablando de un turbodiésel…) para conseguir velocidades medias bastante elevadas.
Ello lo consigue, además, reclamando unos consumos bastante contenidos, que en la unidad de pruebas se quedaron en 5,9 l/100 km en el total de los casi 2.000 kilómetros realizados durante el test.
Sobrio y funcional, el interior del Volkswagen Golf Variant se distingue por la calidad de materiales y precisión de los ajustes. La calidad percibida, uno de los rasgos que tradicionalmente distinguen al compacto alemán, ha subido en esta generación un nuevo peldaño que lo acerca a su primo el Audi A3, que ha tenido que tirar de gadgets tipo mando central táctil para poder seguir justificando su alto caché.
Sentado frente al volante, todo parece estar en su sitio. Una enorme pantalla de táctil de 8 pulgadas para controlar el sistema de información y entretenimiento opcional, o el botón de arranque junto a la palanca de cambios, delatan el avance tecnológico del Golf, que en el acabado Sport dispone además de asientos deportivos (a la vez cómodos y capaces de sujetar el cuerpo con firmeza), climatizador automático, volante multifunción, faros bi-xenón o las llantas de 17 pulgadas.
Sin ser la más destacada de su segmento, la habitabilidad interior es más que razonable, lo mismo que el maletero, que pasa de 605 litros a los 1.620 litros con el respaldo de los asientos traseros abatido. La superficie resultante no es completamente plana, pero al menos sí es diáfana.
Además, cuenta con un detalle tan de agradecer como un doble fondo en el piso del maletero con un espacio dedicado específicamente para dejar fijada la bandeja plegable. Muchas marcas tendrían que tomar nota a la hora de diseñar sus monovolúmenes.
Me gusta que Volkswagen haya decidido dotar al Golf VII en general y al Variant en particular de un carácter más dinámico, al menos en esta versión Sport. Teniendo en cuenta el buen equilibrio que muestra en toda circunstancia, creo que esta configuración del tren de rodaje bien podría extenderse al resto de la gama sin que se resintiera el confort.
Este Golf VII es muy fiel a sí mismo, y si eso es una ventaja cuando se trata de la calidad percibida, en cambio resulta un inconveniente por una, en mi opinión, presentación excesivamente sobria.
El Volkswagen Golf Variant con el motor 2.0 TDI en el acabado Sport cuesta 27.580 €. La unidad probada montaba como equipamientos el regulador de velocidad activo ACC con Front Assist, Lane Assist, asiento ergoActive, luces xenón, KESSY (apertura y arranque sin llave), pantalla multifunción premium, navegador Discovery, techo solar panorámico y tren de rodaje deportivo.