Primera prueba: Kia Picanto
Prueba y opiniones: Gaby Esono
Antiguamente, cuando se pensaba en un coche pequeño y urbano, el prejuicio dictaba que tenía que ser necesariamente barato. Esa idea es solo parcialmente cierta, porque además de coches low cost, en el segmento A al que pertenece el Kia Picanto ya hace años que militan modelos con cierto valor añadido. Excentricidades como el Aston Martin Cygnet aparte, hace 20 años, en la época en la que Kia aterrizaba en España, coches como el Volkswagen Lupo -y su primo el SEAT Arosa- o incluso algunas versiones del Ford Ka, entre otros, dejaban claro que las marcas habían detectado un tipo de público que necesitaba un coche pequeño, pero que no quería renunciar a ciertos niveles de refinamiento. Por aquel entonces es un coche refinado tenía elevalunas eléctricos y cierre centralizado de serie, y aire acondicionado opcional. Pero los tiempos han cambiado y sus rivales también: ahora hay que mirar a modelos como la triadas formadas por el Volkswagen !up, SEAT Mii y Skoda Citygo por un lado, o los Peugeot 108, Citroën C1 y Toyota Aygo por el otro, además de la pareja Renault Twingo y smart forfour, o incluso el Mitsubishi Space Star.
Cuando la primera generación del Kia Picanto llegó a nuestro mercado en 2004, la marca coreana era considerada, con razón, un fabricante de coches baratos, cuyos acabados sencillos y motorizaciones con la tecnología justa y necesaria le permitieron hacerse un hueco en la parte baja de sus respectivos segmentos.
Sin embargo, aquella Kia ya no es lo que se dice una marca modesta. Sus productos son ya perfectamente comparables con los europeos tradicionales, y esta tercera generación del Kia Picanto es una nueva prueba de ello. En la presentación internacional, realizada en los alrededores de Sitges (Barcelona), tuve ocasión de ponerme al volante de varias unidades de este modelo, y la sensación en general ha sido muy positiva.
El Kia Picanto es un coche que tiene varios grandes méritos. El primero de ellos, el de ser capaz de llamar la atención a pesar de ser un modelo sin pretensiones elevadas. Especialmente cuando conduje alguna unidad con el acabado GT Line, el más deportivo, pude ver algún dedo señalando a este pequeño coreano.
El frontal con el «tiger nose» característico en el actual lenguaje de diseño de la marca, más los faros delanteros con luces diurnas de LED le dan un empaque insospechado al Picanto, que en el caso de los GT Line se potencia con las inserciones decorativas en color de contraste de la parrilla -rojo, plata y negro- , las taloneras, las entradas de aire frontales o el difusor trasero, así como las llantas de aleación de 15 pulgadas, el alerón y la doble salida de escape.
Está disponible únicamente con carrocería de 5 puertas, una costumbre cada vez más extendida, y se ha trabajado para mejorar la habitabilidad -homologado para 5 ocupantes pero, si montamos una sillita, cuatro y gracias, lógicamente- y la capacidad del maletero manteniendo los menos de 3,6 metros de longitud. Para conseguirlo, se ha desarrollado una plataforma con una mayor distancia entre ejes, que ahora llega hasta los 2.400 mm. Eso y la mayor longitud del voladizo trasero ha permitido dibujar un maletero de 255 litros de capacidad, con doble fondo, y que puede llegar hasta los 1.010 litros con los asientos posteriores abatidos.
Pero sin duda la mayor aportación de esta nueva generación del Kia Picanto la encontramos en los niveles de equipamiento que puede llegar a montar. El salpicadero está presidido por una gran pantalla táctil flotante -un concepto utilizado, por ejemplo, por Mercedes-Benz-, de 7 pulgadas, a través de la cual se gestiona un eficaz sistema de navegación con cartografía TomTom compatible con Apple Car Play y Android Auto, y que cuenta con los servicios LIVE de información del tráfico en tiempo real, radares fijos y previsión del tiempo.
Este pequeño urbanita presume también de una buena ergonomía -los asientos son cómodos, aunque la sujeción lateral es mejorable-, que se apoya además en numerosos detalles pensados para mejorar la calidad percibida y hacer más satisfactoria la vida a bordo: desde el reposabrazos central delantero, deslizable y con guantera o la luz de cortesía especialmente bien iluminada, pasando por la llave inteligente, el botón arranque, regulador y limitador de velocidad, el techo solar eléctrico, la ayuda al aparcamiento trasera con cámara o la carga inalámbrica para smartphones compatibles. El volante, multifunción -y calefactable, al igual que los asientos, todo un lujo para un coche de este tamaño- tiene sin embargo un aro demasiado fino para mi gusto, por ponerle un pero a un interior en el que los plásticos duros no lo parecen y en el que la impresión general de materiales y ajustes raya a un nivel muy bueno.
El Kia Picanto es un coche eminentemente urbano, y como tal hay que evaluar su comportamiento sobre el asfalto y las reacciones de sus motores.
La firma coreana ha decidido, al menos de momento, limitar su oferta a dos pequeños propulsores de gasolina atmosféricos de la familia Kappa. Se trata del 1.0 CVVT de 67 CV de tres cilindros y el 1.2 CVVT de 84 CV, ambos asociados de serie a una caja de cambios manual de 5 velocidades, aunque el más potente también se podrá solicitar con un automático de 4 marchas con convertidor de par.
El 1.2 manual fue el que tuve ocasión de conducir durante más kilómetros, y no impresiona, pero tampoco lo pretende. Su rendimiento es muy lineal y la respuesta suficientemente solvente en un amplio rango de revoluciones. El pico de par motor, 121 Nm a 4.000 rpm, permite tirar de marchas largas incluso en pequeños repechos, aunque no debe extrañar tener que recurrir a la caja de cambios con cierta frecuencia si vamos cargados en carretera.
El comportamiento dinámico sigue la misma tónica. Bien en ciudad, donde no hay grandes exigencias y se agradece la agilidad de un coche que destaca por la comodidad en general y la suavidad de la dirección en particular. Al salir del ambiente urbano, en cambio, esa misma suavidad obliga a tomarse las cosas con calma. Las inclinaciones de la carrocería son bien patentes cuando se sube el ritmo (la marca asegura que la suspensión ahora se hunde menos en las frenadas, lo cual es de agradecer) y, aunque las reacciones al límite son nobles y predecibles, pronto te deja claro que lo suyo no es ir a hacer tramos. Ni siquiera el GT Line, que monta una suspensión 10 mm más corta.
De hecho, puestos al volante del 1.0, no noté grandes diferencias entre uno y otro, más allá de la lógica ventaja de la superior potencia del 1.2. En la ficha técnica este anuncia una velocidad máxima de 173 km/h y aceleración de 0 a 100 km/h en 12 segundos (161 km/h y 13,6 segundos para el tricilíndrico), pero en una pendiente larga y pronunciada que afronté durante el recorrido de la prueba, pude ver que el empuje del pequeño que llevaba un colega no desmerecía en absoluto. Le fui superando más lentamente de lo que esperaba, aunque es probable que con los coches cargados el mayor se habría desmarcado con más facilidad.
En lo que sí hay diferencias significativas es en los consumos y emisiones de CO2 homologados. Para el Kia Picanto 1.0 la marca declara 3,9 l/100 km y 89 g/km respectivamente, mientras que el 1.2 sube hasta los 4,5 l/100 km y 104 g/km, datos que hay que pillar con pinzas, porque dependiendo del tipo de uso (conductor solo o a plena carga), es fácil que los valores sean más favorables al motor más potente.
Aparte de estos dos propulsores, Kia se guarda en la manga un tercero: el 1.0 T-GDI de 100 CV. Se trata de un tricilíndrico de inyección directa de gasolina y sobrealimentado por turbo de geometría variable, ya estrenado en el Kia cee’d, pero no está previsto traerlo a nuestro mercado de momento, a no ser que detecten cierta demanda, que me da que no…
Las primeras unidades del nuevo Kia Picanto llegarán a los concesionarios en junio de 2017, y estará disponible en dos niveles de acabado, Concept y GT Line. El primero cuenta de serie con aire acondicionado, elevalunas eléctricos delanteros, mando a distancia, ordenador de viaje, equipo de audio con entrada USB, ordenador de viaje o sensor de luces, entre otros.
A ellos, las versiones GT Line le añaden el climatizador automático, la pantalla táctil de 7 pulgadas, faros antiniebla, pedales de aluminio, volante y cambio en piel, etc.
Las opciones disponibles son el Advanced Driving Assistant pack por 300 € (el aviso pre-colisión, frenada de emergencia e instrumentación con pantalla LCD de 2,6 pulgadas), y en el GT Line a este paquete se le puede añadir la cámara trasera y el navegador por 900 €.
En la lista de precios a continuación no están contemplados los descuentos de la marca, que actualiza mensualmente y que pueden rondar los 3.000 € (por sobretasación de vehículo usado y financiar el coche con ellos), con lo que el rango definitivo se mueve entre los 8.600 del Kia Picanto 1.0 Concept y los 12.000 euros por el Kia Picanto 1.2 GT Line con el cambio automático.
Versiones | Precios |
Kia Picanto 1.0 CVVT Concept | 11.590 € |
Kia Picanto 1.0 CVVT Concept (Pack Comfort) | 12.090 € |
Kia Picanto 1.0 CVVT GT Line | 13.090 € |
Kia Picanto 1.2 CVVT GT Line | 13.590 € |
Kia Picanto 1.2 CVVT GT Line AUT | 15.040 € |