Prueba SsangYong Tivoli D16T Limited Aut.: renovación de estándares

SsangYong Tivoli

Valoración

 

Prueba SsangYong Tivoli D16T Limited Aut.: renovación de estándares

Prueba y opiniones por Gaby Esono

El SsangYong Tivoli es un SUV que milita en el floreciente segmento B. La incuestionable pujanza de los coches de aspecto campero ha hecho que lo que hasta hace bien poco podían considerarse pequeños nichos de mercado, hoy no hay fabricante que no tenga un modelo o varios con los que ofrecer una alternativa atractiva a las típicas berlinas de toda la vida.

SsangYong Tivoli

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Sin hacer un rastreo exhaustivo, como posibles rivales del SsangYong Tivoli –al menos por tamaño y presencia SUV- me vienen a la cabeza coches como el Dacia Duster, el Renault Captur, los inminentes SEAT Arona y Kia Stonic, el veterano Peugeot 2008, el Ford EcoSport, el Mazda CX-3, el Honda HR-V, el híbrido Toyota CH-R o incluso los premium Jeep Renegade, Mini Countryman y Audi Q2.

SsangYong Tivoli

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Está claro que el planteamiento del SUV coreano está más próximo a los primeros modelos de esta lista improvisada que al de los últimos, pero que nadie se lleve a engaño: SsangYong se ha puesto muy seria. En la primera prueba del SsangYong Tivoli que realicé al poco de ser lanzado, pude comprobar que la aportación del grupo indio Mahindra ha permitido a la marca coreana desarrollar modelos más elaborados –el Tivoli es el primero de esta nueva generación- y, en principio, pensados para «satisfacer los gustos del público europeo».

A menudo se usa esta expresión para explicar que se trata de coches estéticamente más trabajados, con buenos acabados interiores, un comportamiento dinámico equilibrado –entre cómodo y estable- y, sobre todo, tecnológicamente bien dotados.

SsangYong Tivoli

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Todo esto se da de bruces con la imagen de marca “low-cost” que SsangYong tenía hasta ahora, pero lo cierto es que la primera impresión es que van por el buen camino. El Tivoli se presenta como una alternativa diferente –desde luego, su estética no pasa desapercibida-, de gran habitabilidad –por algo su carrocería mide 4.202 mm de largo- y que dispone de unas posibilidades de equipamiento de seguridad y confort que, sobre el papel, lo sitúan en una órbita muy similar a lo que uno se puede encontrar en su segmento.

Pasa al siguiente apartado para ver hasta qué punto este coche resitúa a la marca surcoreana.

El motor turbodiésel e-XDI160 que monta el SsangYong Tivoli es la primera evidencia de que algo está cambiando en la marca asiática. Atrás quedaron los tiempos en los que sus modelos lucían orgullosos el lema “Powered by Mercedes-Benz” en el capó.

Motor e-XDi160 SsangYong

Motor e-XDi160 del SsangYong Tivoli

Al contrario que aquellos amortizados propulsores alemanes, este bloque es de nuevo desarrollo y cuenta con las tecnologías propias de los tiempos en los que vivimos: turbo de geometría variable, bomba de aceite de caudal también variable e inyección directa de combustible mediante un sistema common-rail.

SsangYong Tivoli

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Sus 1,6 litros de cilindrada son prácticamente un estándar en los segmentos medios, lo mismo que su entrega de potencia (115 CV entre 3.400 y 4.000 rpm) y par (300 Nm entre 1.500 y 2.500 rpm). Dado que no se trata de un coche con pretensiones prestacionales, lo cierto es que cumple de sobras para lo que se puede esperar de un propulsor de estas características. Aceleraciones razonables y buena capacidad para mantener cruceros por encima de la media (incluso con el coche cargado), aunque a costa de unos consumos un tanto penalizados por el cambio automático que montaba la unidad de pruebas.

SsangYong Tivoli SsangYong Tivoli

Se trata de una caja de cambios automática con convertidor de par, firmada por Ausin (el mismo proveedor que aporta la caja automática del Mini Countryman, por ejemplo). Cumple su función y, a pesar de que el resbalamiento del convertidor está ahí, las transiciones, tanto en aceleración como en retención, son lo suficientemente suaves y rápidas como para justificar su compra. Además, a pesar del aspecto de la palanca, muy de otros tiempos, cuenta una gestión electrónica que permite configurar tres modos de funcionamiento (Winter, Eco y Power), así como con un botón en el pomo para reducir y subir marchas a voluntad. Se hace un poco extraño este manejo al principio (igual que se me hizo en el Ford C-Max), pero te acabas acostumbrando.

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La contrapartida la ponen unos consumos que evidencian el esfuerzo que representan para este motor los 1.390 kg de peso, la considerable altura libre y el propio cambio automático: los 5,5 l/100 km que tiene homologados SsangYong para esta variante con tracción delantera se me fueron hasta los 7,7 l/100 km en conducción real, y os puedo asegurar que tranquila, durante los días de prueba.

En otro orden de cosas, el comportamiento en carretera del SsangYong Tivoli es el que se puede esperar de un coche cuyas unidades destinadas a Europa cuentan con una configuración de suspensión específica.

Por lo que sea –orografía, variedad de carreteras, conductores tiquis-miquis, etc.- aquí se requiere que los coches ofrezcan un buen equilibrio entre dinamismo y confort de marcha. El Tivoli juega a eso, pero con prioridad manifiesta hacia lo segundo.

SsangYong Tivoli

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Las versiones de tracción delantera cuentan con un esquema de suspensiones convencional (McPherson delante y barra de torsión detrás), más que suficiente para las prestaciones de sus motores. La orientación del conjunto muelles-suspensiones no deja ninguna duda de que la prioridad de los ingenieros ha sido que los ocupantes viajen cómodos, lo que se agradece en viajes largos y carreteras amplias. Eso sí, la posibilidad de variar la dureza de la dirección aporta un extra de versatilidad en la conducción poco común en su segmento.

SsangYong Tivoli SsangYong Tivoli SsangYong Tivoli

A primera vista, podría parecer que este SsangYong Tivoli no difiere en exceso del que probé hace dos años en la presentación que realizó la marca en Barcelona, pero nada más lejos de la realidad.

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Este año, SsangYong ha incorporado en las versiones altas del Tivoli y el XLV el SASS (Pack de Seguridad Activa SsangYong).

Se trata de un paquete de dispositivos de asistencia a la conducción de última generación, que colocan a la marca en la órbita de sus rivales europeos, en lo que a sistemas de seguridad activa se refiere. Cuenta con el sistema de advertencia de colisión frontal, sistema de frenado de emergencia autónomo, advertencia de salida de carril, asistencia de haz de luz (conecta las luces de carretera cuando las circunstancias del tráfico lo permiten), reconocimiento de las señales de tráfico y el sistema de permanencia en el carril.

Asistencia de cambio involuntario de carril

De todos ellos, el que más me ha llamado la atención es este último, ya que actúa de forma muy evidente en la dirección cuando detecta que te aproximas en exceso a un lado u otro del carril por el que circulas.

Respecto a las sensaciones que desprende su habitáculo, lo más significativo, como comentaba en la intro, es su gran habitabilidad, especialmente en las plazas traseras. Al contar con una buena distancia entre ejes (2.600 mm de batalla), permite que dos adultos de mucha altura viajen detrás sin problema.

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Más comodidad que sujeción

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Equipamiento a la última

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Gran amplitud detrás

Un tercero tampoco tendrá demasiada queja, aunque no debemos olvidar que se trata de un SUV del segmento B, y aunque sus 1.798 mm de anchura no son pocos, las concesiones al diseño de la carrocería, con las aletas muy pronunciadas, hacen que ese valor no tenga la misma correspondencia en el interior que la longitud.

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 Navegador es de serie

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Asientos bien terminados

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Elevalunas en las 4 puertas

En el puesto de conducción se percibe también el esfuerzo de la marca de ganarse el aprecio del mercado. Detalles como el volante multifunción forrado en piel o los asientos con una atractiva tapicería mixta de cuero y tela, o la gran pantalla táctil para manejar el equipo de información y entretenimiento dan fe de ello.

La abundancia de plásticos de tacto duro es común a la de otros modelos de su segmento, así que no me parece un aspecto criticable. Del mismo modo, la postura al volante es bastante aceptable para personas de estatura media, que se sentirán cómodas prácticamente de inmediato. Otra cosa es la gran cantidad de teclas y su disposición en el salpicadero, que podría ser más intuitiva.

Si en general el SsangYong Tivoli me ha parecido un coche muy a tener en cuenta, a la hora de valorarlo como coche para la familia, sobre todo si tienes niños pequeños, hay una serie de detalles que conviene tener presentes.

SsangYong Tivoli

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Con sus dimensiones, la marca ha jugado la baza de la habitabilidad interior estupenda. El maletero, en cambio, aunque cuenta con 423 litros de capacidad en las versiones de tracción delantera (327 litros en los 4WD y en el de GLP), es más profundo que amplio y sus formas son irregulares.

Aunque el respaldo de los asientos traseros tiene varias posiciones -esto juega a favor del volumen de carga- se queda un poco justo en cuanto tenemos que cargar un carrito. Como contrapartida, bandeja del maletero, enrollable, se puede colocar en dos posiciones, con lo que siempre llevaremos la carga oculta y, en el caso de que necesitemos abatir los asientos traseros, se ha dispuesto un espacio específico bajo el piso del maletero para que no nos estorbe.

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Rueda de repuesto de emergencia opcional y hueco para la bandeja cubremaletero en el SsangYong Tivoli.

En cualquier caso, si con todo esto no te da, para eso la marca coreana ofrece el SsangYong XLV, derivación alargada del Tivoli.

Por otra parte, los anclajes Isofix para las sillitas infantiles están ocultos bajo la tapicería de los asientos posteriores, lo que dificulta su instalación y obliga a “apuntar” en repetidas ocasiones hasta conseguir clavar las fijaciones.

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Es una costumbre común en muchas marcas y no es un problema si no se van a mover de ahí, pero si las tienes que ir montando y sacando con frecuencia –porque los niños viajan en otros coches, o porque abates a menudo los asientos- puede que te lleve un tiempo cogerle el tranquillo.

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El bloqueo de los elevalunas también impide usarlos al conductor

Un detalle de diseño que no tiene fácil arreglo es el de las puertas posteriores. Su forma, con un extremo que acaba en punta, queda justo a la altura de la cabeza de los niños de entre 2 y 6 años –más o menos…-, lo que obliga a ser muy cuidadoso cuando las abres.

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Conviene prestar atención a los niños al abrir las puertas traseras del SsangYong Tivoli

También resulta llamativo el bloqueo de los elevalunas. La tecla, ubicada como es habitual en la puerta del conductor, bloquea tanto los elevalunas posteriores como el de la puerta del acompañante. Pero lo hace por completo, es decir, que mientras está accionada ni siquiera el propio conductor puede subir o bajar el resto de cristales.

Entre los aspectos positivos, en el SUV asiático nos encontramos con unas gomas en los respaldos de los asientos y en el maletero, que no ocultan pero sí ofrecen más posibilidades para guardar objetos sin que se muevan.

La oferta del SsangYong Tivoli cuenta con tres niveles de acabado prácticamente cerrados –Line, Premium y Limited-, que en el caso del motor D16T con tracción delantera y cambio automático queda reducida a último de ellos, el más equipado.

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Por los 23.050 € que piden por esta versión (21.550 € con la caja de cambios manual, descuentos aparte) nos encontramos con un completísimo equipamiento de serie, que va desde el paquete de seguridad SASS y 7 airbags, al climatizador automático, pasando por la cámara de visión trasera, llantas de aleación de 18 pulgadas, sensor de lluvia y luces o el navegador, entre otros.

 

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