El McLaren Senna aspira a ser el no va más en prestaciones en el mundo del automóvil. Es posible que haya coches más rápidos en línea recta. Otros ostentarán durante algunos meses el récord en el Nordschleife de Nürburgring. Incluso los habrá que en algún trazado ratonero sean imbatibles. Pero prestemos atención: poner semejante apellido en la parrilla trasera de un coche no es lo mismo que pegar el logo de Williams en un utilitario y pintarle las llantas de color dorado, dicho esto con todo el cariño al Renault Clio.
A priori, el concepto sobre el que se ha desarrollado el McLaren Senna no varía sustanciamente de lo ya conocido en esta «nueva» marca de superdeportivos, que ha hecho de la combinación chasis de fibra de carbono, motor V8 biturbo y una elaboradísima aerodinámica su leitmotiv desde que en 2009 reiniciara su andadura como fabricante de coches de calle con el McLaren MP4-12C.
Ahora bien, a partir de aquí todo se ha llevado al extremo para hacer lo que en Woking denominan «el coche de calle definitivo». Para realizar semejante afirmación el McLaren Senna se ha desarrollado alrededor de la estructura más rígida -Monocage III, la llaman- creada por la firma británica para un automóvil matriculable. Rígida y ligera, porque el conjunto se queda en 1.198 kg (en seco) gracias, además, a que los paneles de la carrocería son del mismo material -necesario para mantener la rigidez que asegure la eficacia aerodinámica a cualquier velocidad- y pesan apenas 60 kg.
Para darse cuenta de la importancia dada a la aerodinámica no hay más que echar un vistazo a su carrocería. Cada una de las superficies tiene una misión, desde los alerones activos (que a altas velocidades cambian su incidencia para rebajar la carga aerodinámica y liberar así de esfuerzo a la suspensión y los neumáticos) hasta los conductos para optimizar la entrada de aire fresco y la evacuación del aire caliente de los radiadores y el motor.
Y cuanto al motor, es la última evolución del conocido bloque 4.0 V8 de la marca, denominado en esta ocasión M840TR. En esta ocasión, esta joya tecnológica entrega 800 CV de potencia a 7.250 rpm -el motor de combustión interna más potente hecho nunca por McLaren para un coche de calle-, y un par de 800 Nm disponibles entre 5.500 y 6.700 rpm.
Lubricación por cárter seco, pistones, bielas y árboles de levas aligerados y un sistema de sobrealimentación compuesto por dos turbos twin-scroll de ultrabaja inercia con válvulas de descarga controladas electrónicamente son algunos de los detalles técnicos que distinguen a este propulsor, que catapulta al McLaren Senna de 0 a 200 km/h en 6,8 segundos, hasta alcanzar una velocidad máxima de 340 km/h.
De transmitir toda esta energía al suelo -es tracción trasera- se encarga una caja de cambios automática de doble embrague con 7 relaciones. Por defecto, funciona de forma totalmente automática, aunque unas enormes levas de fibra de carbono instaladas tras el volante están listas para ser accionadas en cualquier momento.
Para mantener toda esta caballería bajo control, más o menos, se ha desarrollado un sistema de suspensión denominado RaceActive Chassis Control II (RCC II). Sobre unos esquemas de dobles triángulos delante y detrás, el nuevo biplaza británico cuenta con cuatro amortiguadores adaptativos interconectados hidráulicamente, a los que una centralita adapta la dureza tras analizar la información proveniente de múltiples sensores.
Y por si esto no fuera suficiente, Pirelli ha creado unos neumáticos específicos para este modelo. Se trata de unos Pirelli P Zero y unos Pirelli P Zero Trofeo R, unas cubiertas asimétricas de medidas 245/35 R19 delante y 315/30 ZR20 detrás. Mientras los primeros son neumáticos de calle -que pueden, sin embargo, meterse en circuito sin problema- los Trofeo R en cambio son neumáticos diseñados para conseguir la máxima eficacia en circuito con el asfalto seco, aunque están homologados para circular por la vía pública.
El fabricante italiano, de hecho, es un reconocido especialista en la creación de neumáticos de alto rendimiento en estrecha colaboración con las marcas, y en esta ocasión ha aprovechado la experiencia adquirida tanto en el diseño del McLaren P1 como en la competición para producir un neumático en el que se ha prestado especial atención a los materiales, al peso y al propio diseño.
La marca, que solo producirá 500 unidades del McLaren Senna, mostrará por primera vez al público a esta criatura en el Salón de Ginebra 2018.