Gaby Esono.- Automobile Barcelona 2019 celebró del 11 al 19 de mayo la edición de su centenario y, una vez más, volvió a mostrarse como el principal escaparate del automóvil en España, con 45 marcas presentes.
Había mucha expectación por ver cómo sería esta cita, el evento ferial más antiguo del país (aunque se trataba de su 40ª edición, debido al parón por guerras y a los cambios de periodicidad). No en vano, el mundo del motor se encuentra inmerso en una revolución que solo eventos como Automobile Barcelona, con la perspectiva histórica que aportan, permiten analizar con cierto detalle.
Los coches han cambiado, en gran medida porque la sociedad y el gran público lo han hecho también. Y por eso lo que durante décadas había sido el Salón Internacional del Automóvil, en la edición de 2017 adquirió su denominación actual.
Como quien no quiere la cosa, el término Automobile integra el concepto tradicional de exposición de vehículos con el de la movilidad, mucho más amplio y que da cabida a los nuevos medios de transporte alternativos, especialmente urbanos.
Pero también con la conectividad, llamada a ser uno de los pilares principales de la evolución del automóvil. Por si fuera poco, esta palabra también tiene sentido en inglés y francés, lo que refuerza la orientación internacional de un salón que tiene a Barcelona como referente inexcusable.
Una nueva era del automóvil
Decía antes que el automóvil ya no es lo que era y este Automobile Barcelona 2019 es uno de los que lo ejemplifica de forma más clara en Europa.
A partir de la crisis vivida en la pasada década, las marcas que exponían en el salón comenzaron a centrar sus esfuerzos en facilitar la labor a los comerciales de los concesionarios apostados en sus stands.
Es decir, dejaron de lucir tanto palmito y abandonaron las demostraciones de poderío al uso, los montajes grandilocuentes -BMW llegaba a traer su propio pabellón…- y las puestas en escena espectaculares -muchos recordamos todavía ver trepando a los Nissan Terrano II o los Toyota Land Cruiser sobre instalaciones preparadas ex profeso-.
Paradojas del mercado, justo ahora que los SUV y otros sucedáneos de todoterreno son los coches más deseados y demandados, resulta que ya no suelen verse encaramándose a ningún andamio.
Será que las marcas se han dado cuenta de que lo que realmente gusta de estos coches es su apariencia y prefieren usar recursos en mejorar la conectividad y montar grandes pantallas en el salpicadero que en desarrollar complejos sistemas de tracción total.
De modo que sí, los SUV mandan hoy, y los displays táctiles multifunción también. Pero el miedo a que no te dejen entrar en la ciudad con tu coche es una realidad que a los fabricantes les ha tocado resolver: quien más quien menos, en Automobile Barcelona 2019 casi todos se esforzaron por mostrar su oferta de vehículos eficientes.
No en vano, los gobiernos de ciudades como Barcelona o Madrid están convencidos de que el problema de la contaminación al final solo se solucionará permitiendo el paso únicamente a los vehículos con etiqueta ECO (híbridos convencionales, GLP y GNC, grosso modo…) o etiqueta 0 (híbridos enchufables con un mínimo de 40 km de autonomía eléctrica, eléctricos puros o coches de hidrógeno).
El problema es que las marcas que todavía no tienen coches electrificados en su oferta están teniendo dificultades para convencer a los usuarios de que el gas es una alternativa muy válida -y económica- a los híbridos y demás.
La edición del centenario
Pero mientras las marcas iban a lo suyo, que de momento no es otra cosa que vender coches, Fira de Barcelona tenía ante sí un reto bien distinto: hacer de la del centenario una edición memorable.
Para ello, aparte de la zona de exposición tradicional y los boxes para prueba de vehículos, Automobile Barcelona 2019 contó con dos espacios exclusivos. Por una parte, se montó una exposición retrospectiva, en la que se hizo un repaso de la historia del salón.
Los carteles de las 40 ediciones, documentos históricos, un vídeo en el que diversas personas, conocidas o no, explicaban su vivencia del salón y, cómo no, una muestra con 26 vehículos emblemáticos de estos 100 años de automóvil en Barcelona, como un Elizalde T48 de 1918, un Fort T de 1919, un Pegaso Z-102 Rabassada de 1950, un Aston Martin DB5 de 1964 utilizado en una película de James Bond o un Ferrari Testarrossa de 1987.
El otro espacio fue el dedicado a un impresionante espectáculo inmersivo. Se trataba de un montaje de diversas superficies en las que se proyectaban imágenes con referencias a hitos históricos del último siglo, ambientadas con éxitos musicales de cada época.