El Nissan Townpod parece, por el contrario, un automóvil más de nicho. Y un hueco del mercado tan específico que hay que escuchar varias veces las palabras de los responsables de la marca. Se trata de un coche pensado para «una nueva categoría de emprendedores; gente que prefiere trabajar para sí misma desde su casa o una pequeña oficina, nuevos profesionales que no se rigen por horarios fijos o complejas planificaciones».
Dicho así, podría referirse a diseñadores de páginas web, pero cuando ves el coche ves enseguida que podría servir perfectamente para un reparador de tablas de snow board.
La marca japonesa asegura que se trata de un concepto que combina las cualidades de un turismo de tamaño compacto con la versatilidad de un vehículo comercial ligero, eufemismo de furgoneta.
Desde luego, sus formas permiten colocarlo entre ambos mundos, aunque también es cierto que su original línea dificulta la tarea de ponerle etiquetas, aparte de las consabidas de vehículo eléctrico y, según la marca, económico. La sencillez de líneas de su interior, a pesar de ser un coche de salón, va en ese sentido.
Y esta inteligente forma de distribuir el habitáculo se combina con la universalidad de su sistema de entretenimiento, previsto para que los aparatos portátiles del futuro puedan conectarse mientras se circula con el Nissan Townpod.