Stuttgart (Alemania).- ¿Es un laboratorio rodante, o se trata más bien del futuro delante de nuestros ojos? El Porsche 918 RSR es a la vez heredero y adalid, y sirve para mostrar, una vez más, que a la hora de hacer deportivos, de los de ayer y de los de mañana, pocos pueden aportar tanto como la firma alemana.
Este biplaza de motor central bebe de las fuentes de inspiración propias de las carreras. Desde el 917 vencedor en Le Mans hasta el 911 RSR Hybrid que demostró en Nürburgring que su aportación tecnológica podría no tener rival.Un motor central V8 asociado a dos motores eléctricos delanteros que hacen de todo: más potencia, menos consumo, más agilidad.Y toda esta amalgama se concentra, como no podía ser de otra manera, en la interpretación cerrada de la carrocería del emocionante Porsche 918 Spyder. ¿Se puede pedir algo más?