Una vez dentro, las formas de los tres asientos individuales, hechos de una pieza y regulables longitudinalmente, están pensadas para permitir un buen acomodo para sus ocupantes. La configuración original está enfocada para el disfrute del conductor y un acompañante, con la posición ligeramente retrasada de los asientos e, incluso, del tablero de instrumentos, que se puede desplazar solidariamente con el volante.
Si hay tres ocupantes, entonces el copiloto adelanta su asiento, con lo que se queda con un espacio para las rodillas similar al del Mini convencional.En el caso de que se quiera viajar con uno más, también se le puede instalar en el espacio restante, tras el conductor. Aunque esa plaza ha sido concebida más bien como instrumento para incrementar la flexibilidad del maletero, la posibilidad de colocar el asiento delantero izquierdo y el salpicadero en una posición estándar permite circular prácticamente como en un 2+2.
Además de sus reducidas dimensiones, el Mini Rocketman Concept presume de una ligereza que sólo se puede obtener con materiales como la fibra de carbono, utilizada para la construcción del bastidor. Al tratarse de un estudio de diseño, sus creadores no han tenido ningún reparo en dejarlo bien a la vista, tanto en el piso como en la consola central, en contraste con las coloristas superficies de pintura brillante o tapizadas en piel.Otra de las novedades del interior se encuentra en el mando multifunción típico de Mini, el trackball. Frente a la disposición habitual en los Mini de serie, que dividen funciones entre el joystick de la consola central y las teclas del volante multifunción, gracias al trackball del radio derecho de su volante el Mini Rocketman Concept integra en el volante el control de las funciones de conducción, navegación, entretenimiento y comunicación.