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La cita anual de GTI’s en la población austríaca de Wörthersee, en la que se reúnen lo más granado entre los preparadores especializados en Audi, SEAT, Skoda y Volkswagen, está sirviendo en los últimos tiempos para que estos fabricantes opongan propuestas difíciles de contestar por cualquier especialista.
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En esta ocasión el que parece que se ha desmarcado del resto es Audi con una pequeña gran locura: el A1 clubsport quattro.
A simple vista, parecería que se trata de una simple operación de maquillaje. Al fin y al cabo, si han sido capaces de disfrazar a su coqueto urbano con los colores de equipos de fútbol, no tiene nada de extraño que le ensanchen los pasos de rueda 60 mm para que quepan los neumáticos 255/30 R 19, o que por detrás asomen un enorme alerón de doble hoja arriba y un difusor inferior. Incluso la excesiva parrilla delantera puede colar como experimento para medir si el público aceptaría una preparación exterior más radical que lo que se suele ver en el catálogo S-line.
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Ahora bien, cuando lo observas con más detenimiento, encuentras detalles que delatan unas intenciones mucho más salvajes: la salida de escape lateral a lo DTM, las branquias del capó o los discos de freno ventilados (los delanteros cerámicos), ocultos bajo las llantas con diseño de turbina, están queriendo decir que bajo el capó hay algo diferente a lo esperado.
Ha resultado que el vano motor del Audi A1 no es tan pequeño como para que no quepa un bloque de 5 cilindros. Es ni más ni menos que el 2.5 TFSI con turbo e inyección directa del que ya hemos hablado en alguna ocasión, por ejemplo con motivo de su estreno en el Audi TT RS o para despedir al compacto de Audi con la especialísima versión RS3 Sportback.
Lo que ocurre es que ahora, en lugar de los espectaculares 340 CV de estos modelos de calle, el prototipo que se podrá ver en Austria ha sido potenciado a unos casi insensatos 503 CV y 660 Nm de par.
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Equipado con una caja de cambios manual de 6 velocidades y la tracción total quattro del TT RS, convenientemente reforzada para la ocasión, el urbano de Ingolstadt es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos.
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Con 10,9 segundos tiene suficiente para alcanzar los 200 km/h, de modo que la velocidad máxima, limitada a 250 km/, no debería tardar mucho más en alcanzarla… si te atreves. Para completar el panorama dinámico, para la suspensión se ha dispuesto un sistema coilover que integra el muelle y el amortiguador y permite regular la altura y la dureza.
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Por dentro, en el Audi A1 clubsport quattro se ha prescindido de elementos superfluos que incrementaran el peso. Por ejemplo se ha eliminado la banqueta trasera para colocar un arco transversal que incrementa la rigidez de la carrocería y un compartimento para los cascos.
Los sistemas de entretenimiento y altavoces también han huido, junto con los asientos de serie, que han sido sustituidos por los del Audi R8 GT, con carcasa de plástico reforzado con fibra de carbono, que sujetan al piloto y a su acompañante con la ayuda de unos cinturones de seguridad de 4 puntos.
