Prueba Audi A5 Cabrio 2.0 TFSI 180: el cielo protector

Prueba realizada por Roger Escriche

Audi se encuentra en una posición un tanto complicada respecto a su competencia más tradicional. Mercedes-Benz representa de una forma natural el lujo y la comodidad. BMW encarna la deportividad. Y Audi se ve obligada a competir entre dos mundos muy diferentes.

La firma de los cuatro aros ha intentado posicionarse como marca tecnológica, pero la realidad es que no lo es ni más ni menos que Mercedes-Benz o BMW. Lo curioso del caso es que nadie podría decir que la Clase SL de Mercedes-Benz no sea de deportivos de pura cepa, ni que la Serie 7 de BMW no esté formada por coches de auténtico lujo, de forma que estamos hablando básicamente de percepciones.

Productos como el A5 no vienen a competir estrictamente en el campo de la deportividad ni en el del lujo, pero sí que ofrecen, y cabe decir que con éxito, un acercamiento mucho más pasional a las plataformas medias de la gama de Audi. En el A5 todo empieza por una estética realmente redonda, que no logra empañar ni el tradicionalísimo techo de lona.

Los 180 CV del bloque de 2,0 litros y cuatro cilindros TFSI es el segundo escalón en la oferta del A5, que en cuanto a opciones de gasolina arranca con el 1.8 TFSI de 160 CV, sigue con los 211 CV de la variante más potente del motor de 2,0 litros y termina con el V6 3.2 FSI de 265 CV. Eso sin tener en cuenta, obviamente, el S5 Cabrio TFSI quattro con 333 CV, que respira en otro mundo.

Por un techo de lona también se decantó Saab cuando concibió el 9-3 Convertible, cuya variante 1.8t BioPower de 175 CV se situaría en la órbita del A5 que traemos a Cochesafondo. BMW optó por lo contrario, por un techo duro retráctil para el 320i Cabrio. En Lexus, en cambio, la versión básica del IS descapotable es el 250C con su V6 VVT-i Dual de 208 CV.

Evidentemente, de una propuesta tan estética como la del A5 Cabrio también se espera un grupo propulsor que se encuentre a la altura de las circunstancias, y éste lo está a pesar de tratarse de una de las opciones básicas del modelo.

La versión menos poderosa del bloque de cuatro cilindros y 2,0 litros sobrealimentado entrega unos briosos 180 CV de potencia durante un buen rato, entre 4.000 y 6.000 rpm, y un par motor destacable de 320 Nm disponible de manera constante entre las 1.500 y las 3.900 rpm. O sea que todo cuadra: empuja desde abajo de forma muy constante, y lo hace con la firmeza que se espera de una unidad de este rango de potencia.

Es cierto que a pesar del liviano techo de lona el Audi A5 Cabrio no es precisamente un peso pluma, con sus 1.655 kg en la báscula. La firma de los cuatro aros jamás va a renunciar a la comodidad de sus ocupantes, pero la respuesta del motor es muy satisfactoria. Esta variante de 180 CV sacrifica algo más de brillantez arriba por un mayor equilibrio en todo el rango de revoluciones.

La cosa tiene más mérito si tenemos en cuenta que este motor puede ir asociado únicamente a la tracción delantera y al cambio Multitronic de variación continua, que también es la única opción disponible para las versiones 1.8 TFSI y 2.0 TDI. El principal acierto de esta transmisión es que permite combinar la suavidad de una conducción aposentada y tranquila con una buena sensación de aceleración cuando buscamos más dinamismo.

La contrapartida a todo esto es que aunque el consumo medio anunciado por Audi para esta versión se queda en los 6,0 l/100 km/h, cuando queremos explorar a fondo las prestaciones de esta combinación de motor y transmisión es relativamente sencillo disparar los consumos por encima de los 10 l/100 km.

Como suele suceder siempre en Audi, la primera impresión de conducción tiene que ver con la comodidad de marcha. Da igual que nuestra unidad monte unas suspensiones más firmes del paquete S Line, porque la calidez a la hora de transmitir la información procedente del asfalto nunca se pierde. A pesar de su exclusividad estética, el A5 Cabrio también es un vehículo apropiado para el uso diario.

Las suspensiones delanteras independientes de cinco brazos y las traseras de brazos trapezoidales con alojamiento elástico tienen bastante que ver con el estupendo aplomo del coche en curva rápida y en todas partes donde haya el espacio suficiente para respirar. Aquí se convierte en un tremendo rodador que acepta con nobleza las órdenes del conductor sin pedir a cambio más de lo razonable.

En cuanto se le exige otra cosa en una carretera de esas que a todos nos vienen a la cabeza, de las que tienen curvas enlazadas, cunetas tentadoras y suelen subir hacia arriba en una montaña, salen a relucir algunos defectos de sus hermanos de bastidor. No se trata en absoluto de problemas de rigidez provocados por la falta de techo, sino más bien del comportamiento esperable de un reparto de pesos con el motor colocado por delante del eje delantero.

©Cochesafondo

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Aunque realmente se echa en falta un punto de agresividad en un vehículo tan aparente y delicioso a la vista, hay que destacar que la dirección es completamente precisa. Para buscar el final de los enormes neumáticos opcionales de 245/50 R18 hay que emplearse a fondo, así como de los frenos, bien dimensionados a las prestaciones del vehículo.

En este apartado no hay lugar para medias tintas ni para excesivos matices. El interior del Audi A5 Cabrio es impecable en cuanto a materiales y acabados. Todos los dispositivos y selectores transmiten sensación de calidad y firmeza, desde los intermitentes hasta el tirador del maletero para abatir los asientos traseros. Un sistema, ya que viene al caso, poco visto en descapotables hasta la fecha.

Delante, los dos ocupantes se sentarán cerca del asfalto y con las piernas ligeramente estiradas, pero en ningún caso su confort se verá resentido. La posición de conducción es perfecta en cuanto a ergonomía gracias a la cantidad de reglajes disponibles, aunque tampoco sería una burrada si Audi simplificara la cantidad de botones situados alrededor al selector principal, que facilitarían el control de todos los dispositivos en marcha.

Lo que no desentona en marcha es la eficiencia aerodinámica y el confort acústico, con la capota abierta o cerrada, da igual. En Audi parece que hace tiempo que saben cómo alcanzar un grado de refinamiento importante sin necesidad de optar por un techo duro retráctil, que perjudica en mucho el espacio disponible atrás. A velocidades legales se puede circular perfectamente con la capota abierta sin verse constantemente machacado por violentas turbulencias.

Audi también ha conseguido dotar al A5 Cabrio de una cierta versatilidad interior, aunque esto, tratándose de un cabrio, siempre haya que ponerlo entre comillas. Las plazas traseras son relativamente amplias y bastante cómodas, en parte gracias a unos asientos que envuelven a los ocupantes sin agobiar.

©Cochesafondo

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Con el maletero abierto se aprecia también bastante bien los beneficios de una capota de material textil. La mayor sencillez del mecanismo y el poco espacio necesario han dejado el volumen de carga en 320 litros con la capota abierta y unos respetables 380 litros con la capota cerrada, con la posibilidad de ampliarse hasta los 750 litros si abatimos los asientos traseros. Es cierto que el espacio resultante no es perfectamente aprovechable, pero allí está, para los amantes del Tetris.

Los 46.790 € en los que arranca esta versión 2.0 TFSI de 180 CV del A5 Cabrio son una de las puertas razonables de entrada al modelo, de forma que estamos hablando de un rango de precios muy respetable que puede llegar hasta los 60.300 € de la versión con el V6 TFSI de 265 CV. S5 aparte, como siempre.

A cambio de ese dinero, el A5 Cabrio nos dará exclusividad estética a raudales y un vehículo prestacional aunque muy cómodo y versátil en el uso diario, a pesar de su condición de cabrio. Explorar otro tipo de posibilidades como la tracción total quattro y los motores más potentes puede dar otro perfil bastante diferente al modelo.

El equipamiento de serie para la versión de la prueba es muy completo. Además, algunas de las opciones disponibles tienen un precio bastante competitivo, como la luz adaptativa (420 €), el asistente de arranque en pendientes (95 €), los faros inteligentes Smart Beam (160 €), el Audi Drive Select (360 €) o la recomendable calefacción para la zona del cuello (550 €). Para
tener otras hará falta rascarse bastante más el bolsillo, como el control de crucero adaptativo (1.540 €), la dirección dinámica (1.450 €), el Parking System Advanced (1.465 €), o los sistemas de navegación MMI (2.075 € el básico y 2.680 € el ampliado).

Después está todo el mundo de inserciones de materiales, tapicerías para el interior y pinturas exteriores, en el que detenerse demasiado sería un suicidio. Como siempre en Audi, también está disponible el paquete deportivo S Line por 1.780 €, al que puede sumarse el paquete exterior S Line por 1.980 €. Para dar un aire más refinado al modelo también tenemos la posibilidad de montar el paquete Audi Exclusive Line, que cuesta 4.660 €.

La bella y la bestia. Observando la foto, el titular era muy fácil. Es evidente que de los dos, la bella es el Audi A5 Cabrio. Más que bella, en realidad es una auténtica bendición para cualquier fotógrafo, porque por mucho que lo intentes no logras encontrar su perfil malo. Por eliminación, la bestia sería ese pedazo de hierro que está detrás. Quizás si el Audi de la prueba hubiera sido el S5 y no el A5 podría haber dado lugar a equívocos, pero no así.

El titular era fácil, pero la realidad es otra: ¿Qué pinta una retroexcavadora (o lo que caray sea esa cosa) en una prueba del Audi A5 Cabrio? Como mero decorado tenía sentido, pero no comiéndose (o pariendo, que bien podría parecerlo) un A5.

Por eso, después de hacer esa foto, un destello cruzó por las mentes retorcidas de los miembros de Cochesafondo presentes en esa sesión de pruebas: ¿Y si esa máquina estuviera abierta? ¿Y si, por casualidad, las llaves estuvieran en el contacto? ¿Y si publicamos en la web la prueba de una excavadora o lo que sea eso?… De acuerdo, no es estrictamente un coche, pero lleva motor y… hay tiempo… nadie se dará cuenta… una pequeña prueba de nada, levantando unos montoncitos de arena… ¿No sería divertido?

Quizás sí, quién sabe. Pero afortunadamente para nuestra integridad física y la del Audi A5 Cabrio, la máquina estaba cerrada con llave.