Se trata de una mecánica hecha a mano cuya arquitectura mantiene la estructura clásica, con las dos bancadas de cilindros formando un ángulo de 90 grados. Su construcción en materiales ligeros, como la aleación de aluminio y silicio del cárter, ha permitido reducir el peso hasta los 216 kg, justo los mismos que la carrocería de aluminio.
La lubricación mediante cárter seco asegura un correcto suministro de aceite en toda circunstancia, sobre todo cuando se sufren las fuertes aceleraciones laterales que este coche es capaz de soportar en curvas largas y rápidas.
La inyección directa del V8 FSI se confía a un sistema common rail que introduce la gasolina en la cámara de combustión a presiones de hasta 120 bares. La elevada compresión, de 12,5:1, es posible gracias al efecto refrigerante de la mezcla sobre las paredes de los cilindros.A pesar de su configuración de carrera larga (diámetro x carrera de 84,5 x 92,8 mm), este propulsor es capaz de girar a 8.250 rpm, momento de corte de la inyección, sin perder una de las características de ese tipo de construcción, como es un elevado par motor desde bajas vueltas.
Los 430 Nm de fuerza entre 4.500 y 6.000 es un valor excelente en un motor atmosférico, pero es que 1.000 rpm antes y después ya se cuenta con el 90% del mismo.
Una caja de cambios manual de 6 velocidades se encarga de transmitir la potencia del motor a las ruedas. Su tacto duro y preciso la hace ideal para exprimir al máximo las posibilidades del V8. Como opción, el cambio R tronic secuencial, con levas en el volante, asegura transiciones en menos de una décima de segundo cuando se está rodando a ritmos altos.
Además, cuenta con el programa Launch Control, para simular arrancadas de gran premio.La aceleración de 0 a 100 km/h se clava en 4,8 segundos, tanto con el manual como con el R tronic, mientras que la velocidad máxima oficial es de 299 km/h.
La transmisión integral permanente quattro reparte la fuerza del motor a las ruedas mediante un embrague viscoso que por defecto distribuye el 15% de la carga al eje delantero y el 85% restante al posterior. En éste, además, se ha instalado un diferencial autoblocante tarado al 25% en aceleración y al 45% en retención.
El esquema de suspensiones es el ya conocido en la gama culturista de la firma de los cuatro aros, con triángulos superpuestos de aluminio en ambos ejes, que opcionalmente pueden alojar elementos elásticos de tarado más deportivo.
Si no es suficiente, Audi también ofrece la amortiguación adaptativa magnetic ride, capaz de ajustar su firmeza en milisegundos y de adecuarse al estilo de conducción.Como colofón, los neumáticos 235/40 delante y 285/35 detrás están montados sobre llantas de 18″, siempre que no se elijan las de 19″ que la firma de Ingolstadt ofrece, con diferentes diseños y acabados.
Sean unas u otras, en todos los casos resguardan un equipo de frenos con discos ventilados y perforados de 365 mm de diámetro en el eje delantero y 356 mm detrás, enfrentados a pinzas de ocho y cuatro pistones respectivamente.