©Bentley
Crewe (Reino Unido).- El proyecto Supersports de Bentley nació para
explorar los efectos de una reducción sustancial de peso en el GTC, y su primer fruto fue la presentación en 2009 de la versión coupé del Continental.
©Bentley
El Continental Supersports Convertible también parte de la base del GTC Speed con avances en cuanto a tecnología del chasis como la mejora del sistema electrónico de amortiguación Continuous Damping Control CDC, que
controla con mayor precisión el movimiento de la carrocería para proporcionar el balance apropiado entre agilidad y confort de marcha.
La agilidad del deportivo se ha conseguido enfatizar gracias a una disposición 40:60 del sistema de tracción total, que reduce considerablemente el subviraje en curvas muy cerradas y permite al conductor colocar mejor la trasera del vehículo vía acelerador.
©Bentley
La transmisión ZF 6HP26 Quickshift, que ha sido revisada y reforzada para adaptarse a las características del motor W12 de 6.0 litros, consigue
reducir los tiempos de cambio en un 50% (hasta los 93 milisegundos) y permite realizar ahora dobles reducciones.
©Bentley
Las últimas mejoras realizadas en el ESP intentan explotar todas las posibi- lidades de los 621 CV y 800 Nm de par máximo procedentes del motor W12. El sistema
modera su intervención a velocidades bajas para mejorar la interacción del conductor y proporciona una recuperación más rápida del par motor después de intervenir.
El deslizamiento permitido se ha aumentado cuando la presión sobre el acelerador supera el 90% para aprovechar todo el agarre longitudinal disponible.
©Bentley
Pero ante cualquier duda, el conductor del Bentley Continental Supersports Convertible siempre podrá encomendarse a los
enormes frenos carbocerámicos de serie de 420mm delante y 356mm detrás, con pinzas de ocho pistones.
Hasta aquí la técnica. La inspiración para el proyecto Supersports, sin embargo, hay que buscarla según la firma británica un poco más lejos, en el Bentley Supersports de 1925, una versión de carreras del Bentley de 3.0 litros que entregaba 85 CV cuando el resto de coches mortales se arreglaban con 15 CV. Ese fue el primer coche de producción en superar las 100 mph, los 161 km/h.