Gaby Esono.- Con la BMW Driving Experience, la marca de Múnich ha convertido en tradición la celebración de una gira por algunos de los principales circuitos del calendario internacional, como el Circuit de Barcelona-Catalunya.
Allí desplazaron los días 15 y 16 de noviembre diversas unidades del BMW 120d, BMW 330d y BMW 428i Coupé con equipamiento M Performance, preparados para ser puestos al límite por los usuarios y aficionados invitados.
La gracia del evento consiste en dar a conocer los sistemas electrónicos de ayuda a la conducción que incorporan los BMW de última generación. Para ello, en primer lugar se realizaba un briefing de unos 20 minutos a cada grupo en el que se explicaba en qué iban a consistir las actividades del día y se daban algunas indicaciones de lo que significa rodar en circuito (que poco tiene que ver con cómo se ha de conducir en carretera). Donde más se extendían, aunque tampoco demasiado, es en qué hacen algunos de los dispositivos, como el sistema antibloqueo de frenos ABS o el control de estabilidad, que en BMW se denomina DTC.
A continuación un tren de coches dirigía a los conductores a la zona del trazado escuela, donde nos esperaban los BMW Serie 1 para realizar un ejercicio de esquiva de conos, otro de slalom y un tercero de frenada en curva. El objetivo era ver cómo, en situaciones límite (el primer ejercicio se realizaba a unos 90-100 km/h), los controles electrónicos conseguían mantener la trayectoria marcada por el conductor. Guiados en todo momento por un instructor para cada usuario, sorprende lo altos que son los límites de estabilidad del compacto bábaro, al que había que forzar bastante más allá de lo que sugería el monitor para percibir que perdía un poco «los papeles». Y no importaba mucho, porque el resultado es que en esas situaciones los sistemas actúan (frenan) lo que sea necesario para volver a recuperar el control.
A continuación nos devolvían al pit lane, donde nos esperaban dos trenes de coches de la Serie 3 y Serie 4, enfocados hacia el trazado nacional del Circuit de Barcelona-Catalunya. Ahí, de nuevo acompañados por un instructor profesional (muchos de ellos son pilotos en activo), se nos daba una vuelta de demostración para, a continuación volver a coger el volante. Como en el anterior ejercicio, era una ocasión estupenda para tratar de mejorar la conducción siguiendo los consejos de nuestro acompañante.
Finalmente, la sesión se cerraba con un sorteo en el que, dos afortunados -y valientes- de cada grupo tenían ocasión de acompañar a un piloto en un BMW M4 Coupé. Cosas del azar, tuve la suerte de que me tocara la pelotita naranja y, cámara en mano, me lancé al de color blanco. El resultado de la experiencia, lo puedes interpretar en la cara que pongo en el vídeo.
Miguel Angel
My bueno el Video GABI!!!!
Gaby Esono
Gracias!