Si hace unos meses era Volkswagen la que anunciaba que estaba trabajando en un dispositivo que permite circular sin manos, y Audi en otro que inclina el coche en el sentido de las curvas (como una moto), en esta ocasión ha sido BMW, la marca que hace del placer de conducción su bandera, la que ha declarado que investiga en un sistema con el que se puede circular por autopista con total normalidad sin que el conductor tenga que hacer más que presionar un botón.
A través de un complejo conjunto de accesorios de visión y análisis del entorno montados en un BMW Serie 5 Touring, coordinados por un software inteligente, el familiar alemán puede controlar de forma autónoma el acelerador y el freno, además de adelantar a otros vehículos más lentos.
Es ahí donde se encontraría el gran avance respecto a los actuales reguladores de velocidad activos, que para recuperar la velocidad programada requieren que se haya completado previamente el cambio de carril.
Más que como una forma de avanzar sin necesidad de bajar el ritmo, BMW prefiere referirse a la mejora de la fluidez y seguridad del tráfico, ya que este sistema es útil para facilitar el acceso a las vías rápidas a otros vehículos, o bien para evitar a los que deceleran para tomar una salida. De hecho, tal y como ocurre en el sistema desarrollado por Volkswagen, se ha establecido un límite de 130 km/h, superado el cual el sistema lo vuelve a dejar todo en manos del conductor.
El mismo director de proyectos de Conducción Altamente Automatizada del Departamento de Investigación y Tecnología del Grupo BMW, Nico Kämpchen, reconoce que es “una sensación extraña la de dejar por completo el control del coche a un sistema autónomo”, aunque asegura que “después de experimentar el suave, soberano y seguro estilo de conducción durante unos minutos, los conductores y pasajeros de alguna manera comienzan a relajarse y confían en el sistema independiente”.
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Este dispositivo tiene como premisas fundamentales, en primer lugar, asegurar que el coche mantiene la trayectoria dentro de su carril y, segundo, reconocer todos los vehículos y objetos que se encuentran a su alrededor. Para conseguirlo, se le ha dotado de diferentes tipos de sensores con funciones redundantes como un detector laser (denominado Lidar: Laser Imaging Detection and Ranging), radar, ultrasonidos y cámaras de vídeo.
Un GPS de alta precisión permite determinar la posición del coche en su propio carril, así como las características del trazado que tenemos delante y número de carriles que tiene la autopista. A ello se le añade la información proporcionada por la cámara trasera y los objetos detectados delante a través de los sensores de radar del control de crucero adaptativo con función Stop&Go incluida.