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Al igual que sucede con el modelo de la firma de la estrella, el Serie 5 se coloca en el punto medio de la oferta del constructor bávaro, donde ofrece una mayor capacidad de representación que el Serie 3, a la vez que propone una opción más ágil que el BMW Serie 7.
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Como en todo BMW, los motores son uno de los puntos en los que merece la pena detenerse un momento. En el momento del lanzamiento, el Serie 5 contará con 4 propulsores de gasolina y otros tantos diésel. En cuanto a los primeros, el V8 TwinPower turbo con High Precision Injection del 550i se encargará de encabezar la gama, gracias a los 407 CV que se dirigen al tren trasero. El 535i monta un motor de seis cilindros en línea con la misma tecnología de sobrealimentación aplicada al V8, cuyo resultado son 306 CV. Las opciones más modestas, el 528i y el 523i, cuentan también con un bloque de 6 cilindros en línea, que entrega 258 CV y 204 CV respectivamente.
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Para los diésel se han reservado dos variantes del motor de 6 cilindros, con cárter de aluminio e inyección directa common-rail de última generación, dispuestos a ofrecer 245 CV en el 530d y 204 CV en el 525d. Para el 520d, el tetracilíndrico oculto bajo el vano delantero presenta una potencia de 184 CV y presume de haber homologado un consumo medio de 5,0 l/100 km y unas emisiones de 132 g/km de CO2.
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Todos los motores están asociados de serie a cajas de cambio manuales de 6 velocidades excepto el V8 del 550i, disponible únicamente con un nuevo cambio automático de 8 relaciones, opcional para el resto. Como alternativa, BMW también ofrece una caja automática deportiva con levas en el volante.
