Cataluña impone los límites variables







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© cochesafondo.com

Barcelona.- El Departament d’Interior del gobierno catalán ha anunciado la puesta en marcha de los límites de velocidad variables, a partir del 15 de enero de 2009. Esta medida se incluye dentro del plan de mejora de la calidad del aire que aprobó en julio de 2007. Desde entonces, la consecuencia más evidente de dicho plan la han sufrido los conductores, debido al establecimiento de la velocidad máxima de 80 km/h en toda la primera corona del área metropolitana de Barcelona, desde el 1 de diciembre de ese año. Este área está compuesta por 16 municipios, como Castelldefels, Molins de Rei o Badalona.

El secretario de movilidad, Manel Nadal, anunció el pasado noviembre que la densidad de tráfico en la capital catalana había disminuido un 4%, precisamente el mismo porcentaje que ha bajado el nivel de contaminación del aire. Estos datos ponen en tela de juicio el sentido de los nuevos límites y por ese motivo numerosos miembros del propio PSC, o el diputado de CiU, Ramon Espadaler, han solicitado la restauración de los límites genéricos, por lo menos cuando las condiciones de la vía lo permitan.

Paralelamente, cobra fuerza la sospecha del afán recaudatorio de la medida, ya que en los primeros seis meses de 2008 se impusieron 35.158 multas, un 133 por ciento más que en el mismo periodo del año anterior. Ello ha significado una recaudación de 2.818.583 euros en infracciones cometidas en las carreteras de acceso a Barcelona, casi el doble de lo ingresado por la Generalitat durante todo 2007.

Con los límites de velocidad variables, se añade un nuevo factor de distracción para la conducción a los ya conocidos, puesto que las señales luminosas pueden cambiar en cualquier momento. Los primeros tramos en los que se aplicará este sistema son los accesos a Barcelona por el sur, la C-31 (autovía de Castelldefels) y la C-32 (autopista del Garraf). Tras el verano de 2009 se extenderá a la AP-2/B-23 y a partir de 2010 llegará a las vías con dirección de la capital catalana al norte. El argumento para aplicar el nuevo sistema es que estos límites se adaptarán a las condiciones puntuales de la vía, como la congestión de tráfico, climatología, etc., para mejorar la fluidez de la circulación, la seguridad y la polución. Los radares fijos (de momento, tres para cada sentido en la C-31 y otros dos más para cada sentido en la autopista) también se ajustarán a las diferentes velocidades establecidas.

Por otra parte, pese a que desde el Servei Català de Trànsit (el equivalente a la DGT en Cataluña) se reconoce que les llevará casi medio año ajustar el sistema, los conductores sólo tendrán dos meses para adaptarse al mismo, dado que a partir de mediados de febrero finalizará la moratoria respecto a las infracciones por exceso de velocidad. Esta moratoria no afecta al límite de 80 km/h, y se seguirá castigando como hasta ahora a los conductores que excedan dicha velocidad.

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