Prueba realizada por Roger Escriche
Un poco antes de llegar al superpoblado segmento de los monovolúmenes compactos, donde los fabricantes disponen de algo más de juego para ofrecer propuestas más diferenciadas, se encuentra el de los minimonovolúmenes. Aquí los planteamientos entre marcas son casi idénticos, la palabra practicidad alcanza su máximo esplendor y es necesario aprovechar hasta el último milímetro -y hacerlo con criterio- para ofrecer a sus ocupantes el máximo espacio modulable.
En esto Citroën es un verdadero especialista. No en vano la firma francesa se atrevió a convertir a Picasso en el apellido de un coche de nombre Xsara, un superventas mil veces amortizado que continúa comercializándose en la actualidad.
El Citroën C3 Picasso es el primer vehículo del cambio de imagen de la marca de los chevrones. La nueva orientación ha de traer modelos con un mayor valor añadido como el Citroën DS, pero el C3 Picasso representa, como su hermano mayor, el C4 Picasso, la actual línea de vehículos bien concebidos, extremadamente funcionales y con un precio competitivo.
Con una longitud de 4.078 mm, el nuevo C3 Picasso se ha concentrado en conseguir la mayor habitabilidad y luminosidad en un envoltorio moderno. El HDi de 110 CV es el tope en cuanto a motorizaciones diésel de una gama en la que las prestaciones puras quedan relegadas por planteamiento a un segundo término.
Entre la nueva hornada de monovolúmenes mini, el Kia Soul y el Nissan Note son los que presentan más similitudes estéticas con el C3 Picasso. Skoda Roomster, Renault Modus y Opel Meriva -que sigue siendo una referencia en cuanto a espacio interior- recurren a formas más clásicas, mientras que Hyundai Matrix, Lancia Musa y Honda Jazz son los que profundizan más en el concepto de un único volumen.
El menor de los monovolúmenes de Citroën es un vehículo pensado desde el interior, para realizar desplazamientos sosegados y disfrutar del exterior desde la comodidad, y el motor de 1.6 litros HDi y 110 CV es un propulsor perfectamente apropiado para ello gracias al talante relajado en un coche como éste, cuyo peso supera de largo los 1.300 kg y tiene una amplia superficie frontal.
Entrega sus 240 Nm de par máximo sobre las 1.750 rpm, y más allá invita a cambiar de velocidad para encontrar nuevamente el punto de par máximo en la marcha superior. La principal virtud de este propulsor es su consumo contenido, que en medición combinada si sitúa en torno a los 4,9 l/100 km con las llantas de serie de 16 pulgadas y 5,0 l/100 km con las llantas de 17 pulgadas que equipaba nuestra unidad de pruebas. La contención en el consumo de combustible es incluso apreciable en conducción urbana, con medias sobre los 6,5 l/100 km.
La sonoridad, propia de un diésel de última generación, no es excesiva, pero aún así es más notoria que la de otros modelos que cuentan con esta misma motorización, como el Peugeot 407 SW. Con éste comparte, no obstante, la misma suavidad de funcionamiento.
Las académicas proporciones de minimonovolumen del C3 Picasso tienen sus lógicas consecuencias en el comportamiento del vehículo. En carretera abierta, el tarado blando de las suspensiones ofrece comodidad sin comprometer demasiado la estabilidad ni generar movimientos de la carrocería a pesar de su considerable altura -1,63 metros. Por el contrario, en curvas más abiertas la batalla corta le resta precisión. En cualquier caso, toda alegría innecesaria en curva será inmediatamente corregida por un ESP que entra en funcionamiento a la mínima insinuación de deslizamiento.
|
|
|
En ciudad y desplazamientos cortos es donde más partido se puede sacar a la finísima dirección asistida y al excelente diámetro de giro, que nos permitirá colocar el coche donde pongamos el ojo.
La anchura de los neumáticos opcionales, de 205 mm montados sobre las preciosas llantas de 17 pulgadas que se incluyen en cualquiera de los paquetes opcionales, se antoja sin embargo un tanto excesiva, sobre todo teniendo en cuenta la suavidad de las suspensiones. Los 195/55 R 16 proporcionarían un comportamiento más equilibrado y ajustado a las pretensiones de este monovolumen.
Más allá de sus planteamientos estéticos exteriores, cuando accedemos al interior del C3 Picasso es cuando tenemos la sensación que ha llegado la hora de la verdad. Probablemente haya dejado de sorprender la buena habitabilidad que puede llegar a ofrecer un monovolumen que ronda los 4 metros de longitud, pero no otros aspectos relacionados con ello como la visibilidad, su luminosidad interior o su modularidad.
En Citroën hace años que se devanan los sesos para conseguir espacios verdaderamente versátiles en tamaños reducidos. Los asientos empleados, colocados en posición muy elevada, son bastante delgados para mejorar la habitabilidad, pero lo suficientemente consistentes para que no se nos clave en la espalda la rodilla del niño que llevamos detrás.
|
|
|
El particular diseño del pilar A consigue una visibilidad periférica excelente desde las plazas delanteras. También es muy buena la visibilidad a través de los retrovisores laterales y central, gracias al enorme cristal del portón trasero. Los pasajeros resultan igualmente beneficiados por la profusión de superficies acristaladas, con unas vistas privilegiadas en todas las direcciones, incluso hacia arriba si se solicita el techo panorámico.
Es destacable la colocación del pequeño espejo retrovisor para el control de los niños, puesto que también resulta útil para controlar muy de cerca al acompañante.
En el salpicadero combina zonas con materiales modernos y de buen tacto con los plásticos más trillados y algunos dispositivos reconocibles en el resto de los modelos de la firma de los chevrones. Con todo, en el interior se consigue dar una imagen limpia y moderna, a pesar de la simplicidad. Aunque el espacio para el conductor es amplio, la ergonomía es mejorable. Los recorridos largos de la palanca de cambio dejan en mala posición en reposabrazos delantero, mientras que el freno de mano está situado tan abajo que a veces resulta difícilmente localizable.
Los 385 litros de capacidad del maletero con los asientos en posición normal se pueden ampliar rápidamente hasta los 500 litros desplazando la banqueta trasera -dividida en 60/40- 15 cm hacia adelante. El máximo espacio disponible -1.506 litros- se consigue con la intuitiva operación de abatir los asientos. El espacio del maletero es totalmente plano y bastante regular, accesible desde una boca de carga muy baja.
|
|
|
En cuanto equipamiento de seguridad, el ESP se ofrece de serie en todas las versiones con el propulsor HDi 110, así como el regulador y limitador voluntario de velocidad. El sistema de ayuda al aparcamiento trasero es de serie en todas las versiones con acabado Exclusive, pero el delantero no está disponible en el modelo.
Disponer del máximo espacio interior aún cuando tenemos que sufrir los rigores de la falta de espacio en las ciudades. A primera vista puede parecer una idea incompatible, y probablemente lo sea, pero en el C3 Picasso Citroën lo ha resuelto de una forma muy racional. Sus irrisorios 4,07 metros de longitud están llenos de soluciones para hacer que el coche sea nuestro aliado y no nuestra perdición cuando necesitemos un medio de transporte práctico, económico y funcional, y además queremos que sea moderno. Para que las vacaciones con la familia no sean un suplicio, sin ir más lejos.
Esta versión del C3 Picasso, con el motor HDi 110 y el acabado Exclusive, representa el tope de la gama. A cambio de sus terminaciones interiores (con tapicería mixta tela/cuero/Alcantara) y su completo equipamiento piden 18.650 €. Este precio está lejos de los 12.590 € del 1.4 LX, pero es que de serie se ofrece con climatizador, elevalunas eléctricos traseros, climatizador bizona, llantas de aluminio de 16″, radio-CD con MP3, volante de cuero, faros antiniebla, etc.
El planteamiento de Citroën es en este sentido muy acertado: que el producto no pueda encarecerse absurdamente con excesivos extras cuando el coste de adquisición es uno de los argumentos de compra más poderosos del segmento, por eso sólo ofrece 3 opciones y a un precio muy competivo: el navegador con Bluetooth, por 850 €, el Pack Image (molduras laterales pintadas en negro, llantas de 17″, techo panorámico y barras portaquipajes), por 900 € y el Pack Image Plus, que por 200 € más que el anterior incluye el Pack Voyage (bandejas tras asientos delanteros, cortinillas laterales, portaobjetos bajo asiento pasajero, red para el maletero, trampilla portaesquís, asiento pasajero abatible y linterna portátil). La pintura metalizada, son 380 € más.