Prueba Citroën C5 HDi 138 FAP S: suavidad con galones

Prueba realizada por: GAP

El concepto de coupé hace tiempo que deambula por el segmento de las berlinas medias, y es evidente que ha llegado para quedarse. Con el paso de versiones y restylings, las líneas del techo han ido ganando fluidez para acabar suavizando los tres volúmenes de las berlinas tradicionales, aunque el Citroën C5 HDi 138 FAP S demuestra que no siempre esta tendencia tiene que ir asociada necesariamente a un comportamiento más deportivo.

El perfil del nuevo Citroën C5 destaca por un frontal aerodinámico, la sutileza del tercer volumen y unas generosas ruedas que le confieren un marcado aspecto de coupé, aunque a nivel de comportamiento no se ha realizado ninguna concesión a la suavidad y el confort de marcha propios de la marca. La propuesta de Citroën se ha centrado en un modelo de aspecto exterior más dinámico y un interior de calidad, sin necesidad de crear una versión específicamente coupé como ha hecho Peugeot con el 407, Renault con el nuevo Laguna o Volkswagen con el Passat CC.

En el interior del nuevo C5, la mejora de la calidad percibida es sustancial. El modelo ofrece un alto nivel de acabados, un generoso equipamiento de serie y se mantiene dentro de un rango de precios muy competitivo en el segmento. Con el motor HDi 138 y el nivel de acabado S, la unidad probada se sitúa en una posición central dentro de la gama C5, lo que la convierte en una de las versiones más demandadas.

El motor HDi de cuatro cilindros, 2.0 litros y 138 CV incorpora el sistema de inyección directa por common-railde segunda generación y alimentación por turbocompresor de geometría variable. Entrega toda su potencia a 4.000 rpm y los 340 Nm de par máximo a 2.000 rpm.

Las prestaciones del propulsor y el estilo de conducción relajado al que invita la suavidad general del Citroën C5 hacen que las cifras de consumo de combustible se sitúen en unos niveles muy razonables, teniendo en cuenta el tamaño y peso del vehículo. El circulación por carretera abierta y a velocidades estables puede alcanzar consumos contenidos entorno a los 5 l/100 km.

El cuatro cilindros se siente decididamente más cómodo en zonas cercanas al par máximo, en las que el empuje es más que suficiente para un estilo de conducción normal. Más allá de las 2.500 rpm se queda algo vacío, aunque puede estirarse sin problemas hasta las 4.500 rpm. Con todo, las prestaciones del C5 con el motor 2.0 HDi 138 son las apropiadas para un vehículo de sus características: acelera de 0 a 100 km/h en 11,8 s y alcanza una velocidad máxima de 201 km/h.

Está acoplado a una caja manual de seis velocidades que ofrece un buen guiado y un tacto suave, siguiendo la tónica general del vehículo.

La gama del nuevo Citroën C5 incorpora los trenes rodantes del C6, lo que permite ofrecer las suspensiones Hydractiva III+, de serie en las versiones más prestacionales, y una suspensión metálica, que ofrece un tacto más directo y elimina la sensación de flotabilidad tan agradable para los acérrimos seguidores de la marca. La unidad probada estaba equipada con suspensiones metálicas, que a pesar de proporcionar una sensación más directa están igualmente enfocadas a conseguir el máximo confort y suavidad de marcha.

El Citroën C5 es un coche grande, y esto se traduce en calidad de rodadura cuando se circula por la carretera. La baja rumorosidad del motor, el buen aislamiento acústico y el tarado de las suspensiones consiguen proporcionar un gran confort de marcha a altas velocidades. La distancia entre ejes del nuevo Citroën C5 ha aumentado 65 mm respecto a su predecesor, y el sistema de suspensión consigue un excelente filtrado de las irregularidades de la carretera.

El vehículo demuestra poseer un gran aplomo, aunque en conducción algo más dinámica los balanceos laterales de la carrocería son pronunciados. Con todo, la sensación de suavidad se mantiene en todas las circunstancias, incluso en virajes cerrados y cambios de apoyo, en los que el tren delantero no pierde la trayectoria ni da tirones al volante. La suspensión hidroneumática que montan de serie todas las versiones V6 y el 2.2 HDi de 170 CV, por su parte, permite regular la dureza de los amortiguadores para obtener un plus de comportamiento a demandas del conductor.

Sí parecen innecesarios los neumáticos opcionales de 245 que montaba la unidad probada delante y detrás, y que equipan de serie las versiones 3.0 V6 de gasolina y el V6 HDi de 205 CV. Aunque confieren prestancia visual al conjunto del vehículo y una imagen más deportiva, están sobredimiensionados respecto los niveles de potencia que ofrece el propulsor HDi de 2.0 litros, y pueden restar capacidad de aceleración y agilidad al vehículo.

En el interior del nuevo Citroën C5 se aprecia ante todo el esfuerzo realizado en Citroën por aumentar el nivel de calidad de presentación. Los materiales empleados en el salpicadero y en todo el habitáculo, a excepción de algunos plásticos utilizados en la zona trasera, ofrecen una buena sensación al tacto y una imagen de calidad y prestancia.

El puesto de conducción resulta especialmente confortable. Los asientos, cuyo mullido prima la comodidad más que la sujeción, poseen como el volante numerosas posibilidades de reglaje, con lo que es fácil encontrar la postura óptima de conducción.

La nueva generación del C5 ha ganado 65 mm de longitud respecto a su predecesor. Esto permite ofrecer un espacio considerable para cinco ocupantes, y tres adultos pueden viajar sin estrecheces en las plazas traseras. Aunque la fluidez de las líneas del techo y el diseño de la luneta posterior cóncava han restado altura en la zona posterior del habitáculo, el espacio disponible continúa siendo más que suficiente.

El maletero ofrece una capacidad de 467 litros con el kit antipinchazos y 439 con la muy recomendable rueda de repuesto. Sin ser una capacidad extraordinaria, supera a rivales directos como el Peugeot 407, con 407 litros, y el Renault Laguna, con 450 litros, y se sitúa por debajo de los 475 litros del Volkswagen Passat y de los 493 litros del Ford Mondeo.

Uno de los elementos destacables en el nuevo C5 es el excelente nivel de confort acústico alcanzado. El motor es prácticamente imperceptible a bajas revoluciones, y a plena carga aumenta su presencia sin llegar en ningún momento a ser molesto. Además de los materiales empleados en la insonorización del habitáculo, la instalación de guardabarros acústicos y unos neumáticos especiales de baja rumorosidad han contribuido a reducir drásticamente el ruido generado por la rodadura.

El nuevo C5 equipa la segunda generación del sistema de mandos centrales fijos en el volante, que permiten controlar la mayoría de funciones habituales durante la conducción. Obviamente, la gran cantidad de selectores y botones instalados en el volante requiere un cierto entrenamiento, especialmente para manipular la ruedecilla de la parte superior del cuadro central, que obliga a levantar excesivamente la mano. La consola central mantiene la inclinación completamente vertical de la anterior generación del modelo. El único pero remarcable es la colocación del botón del warning muy alejada del conductor, casi delante del asiento del acompañante.

La nueva generación del C5 también ha aumentado sustancialmente el nivel básico de equipamiento, e incluye de serie siete airbags, control de estabilidad ESP o el sistema antipatinaje ASR. La unidad probada equipaba además el sistema NaviDrive, que genera unas instrucciones muy claras en el cuadro de instrumentos, bluetooth o el tapizado de asientos en mixto tejido/cuero.

El Citroën C5 es un vehículo especialmente indicado para los amantes de la conducción más relajada y confortable, con una relación entre calidad y precio muy destacable en su segmento. Los niveles de comodidad, confort acústico y suavidad de marcha son difícilmente mejorables. A todo ello contribuye el motor 2.0 HDi 138 FAP, uno de los más demandados de la gama, que ofrece unos niveles de potencia suficientes.

El precio de salida para el acabado S del nuevo Citroën C5 se sitúa en los 24.240 €, y se puede combinar con varios packs opcionales de equipamiento a precios bastante competitivos. El Pack S Mixto Cuero añade a la versión básica pintura metalizada, sistema de ayuda al estacionamiento, bluetooth, faros bi-xenón autodireccionables, llantas de aluminio de 18 pulgadas y tapizado en mixto tejido/cuero por 1.900 €. El cada día más imprescindible sistema NaviDrive exige un desembolso de 4.050 € en un pack de opciones similar al descrito. Con todo, la dinámica política de precios y promociones de Citroën exige estar atento a descuentos promocionales.