Frente al habitual acumulador eléctrico, la pila de combustible ofrece una mayor autonomía y mayor rapidez en el proceso de repostado, dos factores clave a la hora realizar trayectos largos.
Este sistema utiliza el hidrógeno para, a través de una reacción química producida al contacto con oxígeno, generar la energía necesaria para impulsar el motor eléctrico.
Por este motivo, la única emisión que produce este dispositivo es inocuo vapor de agua. Así pues, no se genera ninguna emisión de CO2 a la atmósfera y es absolutamente limpio a nivel local, igual que los vehículos propulsados por batería.
El Mercedes-Benz Clase B dispondrá entre su oferta de una versión con esta alternativa de propulsión. Este mismo año 2009, se lanzará inicialmente como una serie limitada que contará con la nueva generación de pilas de combustible, más compacta y eficiente. Este mismo equipo es el empleado en el Concept BlueZERO F-Cell.
El motor eléctrico entrega una potencia de 136 CV y un par máximo de 320 Nm, un valor éste propio de un buen motor diésel de 2.0 litros de capacidad. Mercedes-Benz asegura que el consumo de hidrógeno es equivalente a 2,9 litros de diésel cada 100 kilómetros.