Contacto: Renault Talisman Sport Tourer

El Renault Talisman Sport Tourer ha reafirmado mi impresión de que la marca francesa es una de las que más está sorprendiendo en los últimos tiempos. Acostumbrado como estaba a ver sus coches como un ejemplo de sobrio equilibrio entre equipamiento, comodidad y precio competitivo, a estas virtudes está añadiendo en cada uno de sus nuevos modelos un diseño que entra por los ojos, unos motores 1.5 dCi y 1.6 dCi de referencia, y unos niveles de sofisticación tecnológica que, en sistemas como la dirección activa a las cuatro ruedas 4Control, no tiene hoy rival en el mercado.

La carrocería familiar del sustituto del Renault Laguna saca provecho del salto cualitativo del Talisman respecto a su predecesor, salto imprescindible para manejarse con ciertas garantías en un segmento en el Volkswagen Passat, el Audi A4 y el Peugeot 508 están marcando la pauta, en lo que a ventas se refiere. La Régie sigue así un camino similar al de otros modelos de marcas generalistas, como el Opel Insignia, el Citroën C5 o el Mazda6, de gran tamaño y habitabilidad, motores solventes y niveles de equipamiento considerados de lujo hasta hace bien poco tiempo.

Como no podía ser de otra manera, en el nuevo Renault Talisman Sport Tourer se ha trabajado para mejorar sobre todo la habitabilidad y la versatilidad. El ligero incremento de longitud de la carrocería, que pasa de 4.849 mm a 4.865 mm, ha permitido aumentar el espacio para las piernas de los ocupantes traseros, que también ganan en la cota de altura de un coche que, en su versión 4 puertas, ya iba bien servido.

La capacidad del maletero, que parte de unos muy razonables 572 litros (cubica hasta más de 1.000 litros si se mide hasta la altura del techo), llega hasta los 1.681 con la banqueta plegada que, sin embargo, no ha podido evitar dejar el típico escalón en el piso. Para solucionar este inconveniente, común a muchos modelos, la tapa rígida del suelo se puede elevar hasta la altura de la banqueta, con lo que queda una superficie diáfana. No es plana, pero al menos permite guardar objetos largos sin esquivar obstáculos.

La sensación de calidad del interior, uno de los puntos en los que el Talismán ha salido ganando claramente, se mantiene tal cual en el break, que cuenta con los mismos acabados y niveles de equipamiento de la berlina.

Como en ésta, se nota -aunque poco- la diferencia entre el tacto amable de la parte superior del salpicadero y la inferior, en la que el plástico duro de la consola central desmerece un tanto respecto al aspecto general de un habitáculo muy bien conseguido y, en la versión que tuve ocasión de probar (Intense) muy bien equipado. Me llamaron la atención los asientos eléctricos y climatizados (calefacción y aire acondicionado) y la nueva generación del sistema de conectividad R-Link, con una gran pantalla táctil.

Este sistema, por cierto, es muy completo y funciona con rapidez, pero su manejo resulta poco intuitivo y necesitas un tiempo de adaptación para manejarlo con soltura. Además, al contar con una superficie completamente lisa, al estilo de un smartphone o una tablet, exige mirarlo para estar seguro de qué función estamos manejando.

El comportamiento dinámico es uno de los aspectos en los que realmente el nuevo Renault Talisman Sport Tourer va a marcar una nueva referencia entre los modelos del segmento D con tracción delantera. Renault se ha empeñado, con muy bien criterio, en amortizar el sistema de dirección activa a las cuatro ruedas 4Control, utilizándolo en cuantos más modelos mejor.

Estrenado en el Renault Laguna (lee aquí la prueba en la que me dejó encantado), ahora lo tenemos en los nuevos Espace y Mégane y en este Talismán que, en curvas lentas y muy lentas, permite a la zaga redondearlas como si fuera un utilitario, gracias a que orienta las ruedas en sentido contrario al giro, mientras que en las rápidas, el leve giro en el mismo sentido hace que el aplomo alcance unos niveles de excelencia poco frecuentes en un tracción delantera. No todo el mérito es del eje trasero, porque las ruedas delanteras van exactamente por donde les manda el volante aunque, eso sí, una dirección con un tacto más firme habría sido ya perfecto.

La unidad que probé montaba un motor de gasolina 1.6 TCe de 200 CV, el tope de una gama compuesta por otro gasolina de 150 CV (los dos están asociados obligatoriamente al cambio automático EDC de doble embrague y 7 marchas), y tres diésel: el prolífico 1.5 dCi de 110 CV y el 1.6 dCi, en versión convencional de 130 CV y el Twin Turbo de 160 CV.

Los 200 CV de la pequeña mecánica francesa están ahí y permiten mantener velocidades de crucero bastante elevadas sin que dé la sensación de ir muy forzado. Ahora bien, en un coche de gran tamaño como el Talisman Sport Tourer hay que olvidarse de las prestaciones de infarto, las grandes aceleraciones y recuperaciones que sí transmite en el Clio y el Mégane.

Afortunadamente, el cambio EDC de 7 marchas ayuda bastante a sacarle jugo sin mucho esfuerzo. Sin ser lo que se dice un cambio especialmente deportivo (es un poco lento a la hora de subir de marchas), sí da bastante juego, tanto si lo usamos en modo automático como si desplazamos la palanca para cambiar manualmente. Por otra parte, su funcionamiento se ha refinado de forma significativa, y ahora se nota mucho más suave, especialmente en marchas cortas.

De hecho, el EDC ha mejorado notablemente desde que lo probé en el Renault Captur, ya que ahora se reduce empujando la palanca y se sube tirando hacia atrás, deos gestos más intuitivos que los que requiere el DSG del Grupo Volkswagen. Además, su funcionamiento a baja velocidad también se ha refinado significativamente, de modo que ya sólo le faltaría que en el Talisman se pudiera gobernar con levas en el volante, no disponibles ni como opción.

La gama del Renault Talisman Sport Tourer se estructura en las mismas 12 versiones que la berlina, a unos precios que se colocan entre 1.400 y 1.500 euros por encima de ésta.