Contacto: SEAT Exeo restyling

Cualquiera que haya estado un poco atento a la trayectoria de SEAT sabe que el Grupo Volkswagen tiene mucho que decir en lo que hacen y dejan de hacer. Eso tiene cosas buenas o muy buenas, porque de un tiempo a esta fecha la calidad de sus productos no tiene nada que envidiar a la de sus más reputados rivales generalistas.

Entre los peros, sin embargo, a menudo se encuentran con que tienen que hacer un esfuerzo suplementario para explicar el carácter propio de su producto. Si esto ha sido relativamente sencillo con modelos como el León o el Ibiza, la silueta del SEAT Exeo, tan cercana a la de su modelo de base, el anterior Audi A4, ha sido uno de los puntos más cuestionados de un coche que, precisamente por venir de donde venía, puede presumir de cosas que no son nada comunes entre los fabricantes no premium.

Ahora, tres años después de su presentación, SEAT ha aplicado una serie de mejoras ocultas bajo modificaciones sutiles del exterior, de las que ya habíamos hablado el mes pasado. Los nuevo Exeo cuentan, pues, con las luces de LED integradas en los nuevos faros bixenón opcionales, llantas de nuevo diseño y una parrilla frontal con forma de nido de abeja.

Esto tiene poco que ver con lo que son las auténticas mejoras aplicadas al modelo de representación de SEAT, centradas en los conocidos motores 2.0 TDI CR, gracias a las cuales la marca habla de un descenso de un 5% en consumos y emisiones.

El aligeramiento de piezas y reducción de fricciones, así como la optimización de los sistemas de refrigeración y lubricación, son parte de los trabajos realizados en un conjunto mecánico que cuenta con una relación de compresión rebajada (de 16,5:1 se pasa a 16,0:1) y con unos muelles de válvulas que ofrecen menos resistencia.

Todas estas mejoras no han afectado a la potencia, de ahí que los valores de velocidad máxima y aceleración sean idénticos a las versiones anteriores de 120, 143 y 170 CV.

En los menos potentes con cambio manual, sin embargo, se ha modificado el grupo reductor de la transmisión, que ahora es más largo, con lo que se consigue mejorar los consumos a velocidades sostenidas. En cualquier caso, el ahorro de combustible es idéntico en todos los diésel, 0,3 l/100 km, con lo que el 2.0 TDI 120 y 143 CV ahora se conforman con 4,9 l/100 km, el 143 CV con cambio Multitronic gasta 5,5 l/100 km y el de 170 CV consume 5,4 l/100 km. De las diferencias en consumos reales no podemos decir nada, porque sólo son apreciables con mediciones exhaustivas y largos recorridos.

Puestos al volante de una berlina 2.0 TDI 143 Style (con la anterior carrocería ST, lo habíamos probado tanto con cambio manual como con el de variador continuo Multitronic) se percibe una ligera mejoría respecto a aquel primer 2.0 TSI con acabado Sport que tuvimos ocasión de probar en 2009.

De hecho, el conven-cimiento de que después del restyling este Exeo es “más SEAT que nunca” viene precisamente por los ajustes realizados en el bastidor, ya que se ha buscado un compromiso más equilibrado en todas sus configuraciones. SEAT afirma que la suspensión estándar ofrece un mejor comportamiento dinámico, mientras que la deportiva es más confortable, un detalle que se agradece sobre todo cuando se opta por la llanta de 18 pulgadas, ya que ésta monta un neumático de perfil más bajo y, por tanto, más efectivo y directo pero que filtra peor las irregularidades.

Tras un recorrido de lo más variopinto, hay que decir que ya no nos sorprende su asentado comportamiento en trazados rápidos, uno de los aspectos más destacados del SEAT Exeo, cuya oferta de motores, muy pragmática, no pone apenas en aprietos a un bastidor dotado con esquemas de suspensión multibrazo en ambos ejes.

Era en curva lenta donde más se percibía de donde parte de este coche, ya que las variantes de tracción delantera de los Audi “grandes” por norma suelen mostrar un talante subvirador que, en esta ocasión, SEAT ha sabido mitigar para hacer del Exeo un coche más preciso, con una dirección que calca al milímetro los movimientos del volante. Es por tanto, más divertido que su primo alemán, pero también más exigente cuando se lleva al límite.